La directora de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Amy Pope, advirtió este martes de los graves riesgos de un regreso masivo de refugiados a Siria, en un momento en el que el país no ha alcanzado aún su estabilidad.
“La gente tiene derecho a regresar a casa (...) pero no estamos aconsejando un regreso a gran escala (...) El sistema no puede soportar esta afluencia”, dijo la experta que insistió en que “enviar a la gente de regreso solo desestabilizará aún más el país”.
Las décadas de dictadura y guerra civil en Siria llevaron a que millones de personas huyeran en busca de una mejor vida. Sin embargo, la caída del régimen de Bashar Al-Assad el pasado 8 de diciembre dio un aire de esperanza a todos estos civiles, que aguardan con ansias volver a sus hogares.
Cálculos de la ONU estimaron que en los primeros seis meses de 2025, cerca de un millón de refugiados podrían volver al país. El problema, explicó Pope, es que la asunción y gobernanza prematura del HTS no serán suficientes para recibirlos.
“El conflicto aún no ha terminado”, comentó por su parte Geir Pedersen, el enviado de Naciones Unidas para el país, quien sumó que “ha habido hostilidades significativas en las últimas dos semanas, antes de que se negociara un alto el fuego”. “Estoy seriamente preocupado por los reportes de una escalada militar, que podría ser catastrófica”, advirtió.
Es por ello que, en este clima, sin cooperación internacional y “sin inversiones, (...) devolver allí a la gente generará más inestabilidad y, probablemente, creará más presiones que incitarán” a una nueva ola migratoria, continuó Pope.
En ese sentido, la experta aprovechó para advertir que ante la asunción de los yihadistas al poder, “decenas de miles” han huido del país por temor a su futuro allí.
Si bien el HTS prometió respetar a todas las comunidades, “hemos escuchado decir que las minorías religiosas se están yendo del país, no porque estén realmente amenazados sino porque están preocupados por potenciales amenazas”, comentó, ejemplificando con el caso de la comunidad musulmana chiíta, minoría frente a la mayoría sunita.
En esta incertidumbre, los expertos llamaron a la comunidad internacional a acompañar este momento de cambio en el país y a dar un “amplio apoyo” a los nuevos gobernantes, en una señal de confianza.
“Un movimiento concreto hacia una transición política inclusiva será clave para garantizar que Siria reciba el apoyo económico que necesita (...) Las necesidades son inmensas y solo se podrán abordar con un amplio apoyo”, apuntó Pederson.
Por su parte, Pope dijo que los aliados deben “asegurarse de que las voces más radicales de la coalición no desestabilicen un gobierno que se reivindica más abierto, democrático e inclusivo”.
Países como Estados Unidos han demostrado ya su compromiso con este momento tan importante para el país y han entablado diálogo con los yihadistas, pese a considerarlos “terroristas” por su pasado en la red islamista Al Qaeda.
Si bien la Casa Blanca no confirmó aún a un cese de sanciones sobre el grupo, sí aseguró que reconocerá y brindará su pleno apoyo al Gobierno, siempre y cuando sea elegido por el pueblo, de forma transparente y se enmarque dentro de las normas internacionales.
(Con información de AFP)