Las autoridades de Rusia aseguraron este miércoles haber recuperado el control de dos localidades situadas en la región de Kursk, escenario desde agosto de una incursión por parte del Ejército de Ucrania, en el marco del conflicto desatado en febrero de 2022 por la invasión ordenada por el presidente ruso Vladimir Putin.
El Ministerio de Defensa ruso señaló en un comunicado en su cuenta en Telegram que “unidades del grupo Norte” han liberado Darino y Plejovo, dos localidades al noroeste y sur de la ciudad de Sudzha -la principal ciudad tomada por los ucranianos en la región fronteriza Kursk-, antes de afirmar que también ha llevado a cabo ataques en otros puntos de la zona.
“Durante las últimas 24 horas, las Fuerzas Armadas ucranianas han perdido más de 200 efectivos, un carro de combate, tres vehículos de infantería de fabricación estadounidense Bradley, siete vehículos y seis morteros”, declaró, al tiempo que aseguró que “un militar ucraniano se ha entregado” a las tropas rusas en la región.
Según el mando ruso, en la última jornada sus tropas causaron bajas a doce brigadas del Ejército ucraniano en las cercanías de nueve localidades de Kursk.
Además, la aviación y la artillería rusas atacaron a sus fuerzas enemigas en cinco distritos de la región ucraniana de Sumi, donde se concentran los refuerzos ucranianos.
El Ejército ruso no ha podido expulsar a las tropas ucranianas de Kursk, aunque en las últimas semanas habría recuperado aproximadamente la mitad del territorio ocupado por su enemigo, según fuentes occidentales.
La prensa independiente rusa señala que Putin ha encargado a sus tropas la liberación de la región antes de la investidura el 20 de enero del presidente electo de EEUU, Donald Trump.
La operación ucraniana en la región de Kursk, la mayor ofensiva en territorio ruso desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, tomó a Moscú por sorpresa en una zona débilmente defendida y supuso un humillante revés para el Kremlin. Ahora los combates continúan sin que Moscú consiga expulsar por completo a las fuerzas ucranianas, que mantienen todavía el control de la pequeña ciudad de Sudzha, la principal localidad tomada por Kiev en la región.
Por otra parte, esta operación no permitió reducir la presión de Rusia en el frente oriental de Ucrania, como esperaba el gobierno de Volodimir Zelensky. Las autoridades de Kiev han esgrimido varios motivos para este ataque en Kursk: llevar las hostilidades a territorio ruso, impedir una invasión a la región ucraniana de Sumi, forzar a Moscú a desguarnecer otros frentes o hacer prisioneros para intercambiarlos por ucranianos.
(Con información de AFP, EFE y EP)