El gobierno de Estados Unidos instó este viernes a todas las partes en Rumania a garantizar un proceso democrático pacífico, luego de que el Tribunal Constitucional rumano anulara las elecciones presidenciales tras acusaciones de interferencia extranjera.
El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, declaró: “instamos a todas las partes a respetar el orden constitucional de Rumania y a participar en un proceso democrático pacífico, libre de amenazas de violencia e intimidación, que refleje la voluntad democrática del pueblo rumano”.
El fallo del Tribunal Constitucional suspendió las elecciones presidenciales tras denuncias de injerencia extranjera en favor del candidato ultraderechista Călin Georgescu, quien sorprendió al liderar la primera vuelta celebrada el 24 de noviembre.
Esta decisión judicial llega solo dos días antes de que se llevara a cabo la segunda vuelta, generando tensiones en el panorama político del país.
El actual presidente y defensor de la integración europea, Klaus Iohannis, confirmó que permanecerá en su puesto hasta que el parlamento, surgido de las elecciones legislativas de la semana pasada, convoque nuevos comicios presidenciales.
“Permanezco en el cargo hasta que un nuevo presidente sea elegido”, declaró Iohannis en un discurso, en el que destacó, dirigiéndose a “inversores, a la UE y a la OTAN”, que Rumania sigue siendo “un país estable y sólido”.
Estados Unidos reafirmó su confianza en las instituciones rumanas, incluida su capacidad para investigar las denuncias de interferencia externa.
Miller aseguró que Estados Unidos reafirma su “confianza en las instituciones y procesos democráticos de Rumania, incluidas las investigaciones sobre influencias malignas extranjeras”.
Las denuncias de injerencia señalan a Rusia como responsable de influir en los resultados electorales mediante una estrategia que incluyó promoción masiva en redes sociales y ciberataques dirigidos.
Documentos desclasificados por la presidencia rumana esta semana apuntan a un esquema de desinformación que habría favorecido a Georgescu, provocando inquietud en la comunidad internacional, especialmente en la Unión Europea y entre los aliados de la OTAN.
Moscú negó enfáticamente las acusaciones. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, Maria Zakharova, calificó los señalamientos como “absurdos”.
Este rechazo subraya las tensiones entre Rusia y las democracias occidentales, en un contexto donde las fronteras geopolíticas de la región, incluida la proximidad de Rumania con Ucrania, amplifican la sensibilidad sobre posibles injerencias extranjeras.
La inesperada victoria de Georgescu en la primera vuelta alimentó preocupaciones sobre el aumento de movimientos populistas en Europa del Este y su impacto en los valores democráticos de la región.
Este episodio no solo representa un desafío interno para Rumania, sino que también es una prueba para los sistemas democráticos que enfrentan amenazas externas y la influencia de poderes autoritarios.
(Con información de AFP)