Este viernes fueron captadas en imágenes de video que fueron publicadas en las redes sociales donde se muestran a sirios en Hama derribando la estatua del difunto presidente Hafez al-Assad y disparando al aire en celebración.
Esto se desarrolla mientras el líder de una alianza rebelde islamista impulsa una ofensiva relámpago en Siria con el objetivo de derrocar al gobierno del presidente Bashar al-Assad.
“Cuando hablamos de objetivos, el objetivo de la revolución sigue siendo el derrocamiento de este régimen. Es nuestro derecho utilizar todos los medios disponibles para lograr ese objetivo”, dijo Abu Mohammed al-Jolani a CNN en una entrevista publicada el viernes.
El yihadista ha dejado claro que el objetivo de su coalición es derrocar al régimen de Bashar al-Assad. En una entrevista exclusiva, Jolani afirmó a la cadena de noticias estadounidense que “las semillas de la derrota del régimen siempre han estado dentro de él”. El líder de HTS, que antes estuvo vinculado a Al Qaeda, ahora busca distanciarse de sus orígenes extremistas mientras su grupo continúa avanzando rápidamente en Siria.
Los rebeldes han tomado el control de ciudades estratégicas como Alepo y Hama, desafiando al régimen de Assad y sus aliados en Irán y Rusia. “Cuando hablamos de objetivos, el objetivo de la revolución sigue siendo el derrocamiento de este régimen”, explicó Jolani durante la entrevista con CNN. Este inesperado avance ha reavivado una guerra civil que había disminuido en intensidad en los últimos años.
En una iglesia de Alepo, Siria, los fieles cristianos asistieron a una misa días después de que la ciudad quedara bajo el control de las fuerzas rebeldes lideradas por islamistas, que han tratado de calmar las preocupaciones de los residentes sobre su naciente gobierno.
“A pesar de las circunstancias en Alepo, nos aseguramos de celebrar la fiesta de Santa Bárbara como lo hacemos todos los años”, dijo Therese Kalaghasi, de 60 años.
“Oramos por la paz en nuestro país”, dijo durante la misa en la iglesia católica armenia de Santa Bárbara en el distrito predominantemente cristiano de Sulamaniyeh.
Los rebeldes liderados por el grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) capturaron Alepo la semana pasada en una ofensiva relámpago contra las fuerzas del presidente Bashar al-Assad, lo que aumentó los temores en la segunda ciudad más grande de Siria.
La mayoría de los dos millones de habitantes de Alepo son musulmanes, pero la ciudad también tiene una minoría cristiana, que ha disminuido desde que comenzó la guerra civil siria en 2011.
En su sermón a las pocas docenas de fieles, el arzobispo Boutros Marayati trató de tranquilizarlos.
“No teman, queridos hermanos. Hemos recibido garantías de todas las partes. Continúen viviendo normalmente, y todo seguirá como antes, incluso mejor”, dijo.
Al comienzo de la guerra civil, se estima que 200.000 cristianos, incluidos 50.000 armenios, vivían en Alepo.
Hoy, los líderes de la comunidad cristiana dicen que su número ha disminuido a unos 30.000, con solo 10.000 armenios, debido a la emigración masiva.
El líder de HTS Abu Mohammed al-Jolani, que visitó la histórica ciudadela de Alepo el miércoles, instó a sus combatientes a “calmar las preocupaciones de nuestro pueblo, de todas las comunidades”, en un comunicado en Telegram.
“Alepo siempre ha sido un punto de encuentro de civilizaciones y culturas, y seguirá siéndolo, con una larga historia de diversidad cultural y religiosa”, afirmó.
(Con información de AP)