Los ministros de Exteriores de la OTAN parecen dispuestos a rechazar este martes el intento de Ucrania de avanzar en su proceso de adhesión a la alianza antes de que Donald Trump asuma la presidencia de los Estados Unidos.
El presidente electo estadounidense ha prometido presionar por un acuerdo rápido para poner fin a la guerra de Rusia, lo que deja a Kiev en la tarea de posicionarse antes de su toma de posesión en enero.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, ha afirmado que obtener garantías de seguridad de la alianza occidental y suministros de armamento clave son condiciones previas para que Kiev comience a hablar de poner fin a su lucha.
El domingo, Zelensky dijo que Kiev esperaba que los ministros de Exteriores de la OTAN, reunidos en Bruselas con el principal diplomático de Ucrania, emitieran “recomendaciones” para otorgar a su país una invitación de adhesión.
“Pero no tenemos ilusiones: hay algunos países escépticos”, dijo.
Hasta ahora, los líderes de las grandes potencias de la OTAN, como Estados Unidos y Alemania, se han mostrado reticentes a la membresía de Ucrania por miedo a que esto arrastre a la alianza a una guerra con Rusia.
Diplomáticos señalaron que, con las administraciones del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el canciller alemán Olaf Scholz en el ocaso de su mandato, Kiev esperaba que los ministros de Exteriores tuvieran mayor margen de maniobra.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses aseguraron en privado que la administración de Biden no respaldará el empuje de Ucrania, ya que creen que cualquier oferta sería retirada por el presidente electo.
“Un gesto de este tipo, un mes antes de la nueva administración, enfurecería a Trump, quien actuaría en contra de esto de inmediato”, coincidió un diplomático europeo en la OTAN.
En una rueda de prensa el lunes, mientras Washington anunciaba un nuevo paquete de ayuda militar de 725 millones de dólares para Kiev, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, reiteró únicamente que “Ucrania está en el camino hacia la OTAN, y la OTAN está en el camino hacia la inclusión de Ucrania”.
“Sin duda, cada vez que podamos reunirnos como aliados y hablar con nuestros homólogos ucranianos, es un paso importante en ese camino hacia la adhesión a la OTAN”, comentó sobre las conversaciones de este martes.
Este fin de semana en Kiev, la nueva jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, declaró públicamente que el bloque “quiere que Ucrania gane esta guerra”, pero también informó a los periodistas sobre el refuerzo de Ucrania antes de las negociaciones, destacando que la membresía en la OTAN es “la garantía de seguridad más sólida”.
Aunque avanzar hacia la incorporación de Ucrania a la alianza parece poco probable en este momento, dos diplomáticos occidentales indicaron que ya se han iniciado las primeras discusiones sobre la posibilidad de desplegar tropas europeas para hacer cumplir un eventual alto el fuego.
“En muchos países, se está pensando seriamente sobre varios escenarios posibles y cómo podemos contribuir a las garantías de seguridad”, afirmó un diplomático europeo.
“Necesitamos tener una idea que podamos comunicar a los Estados Unidos”,
Trump ha dicho que podría poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania en cuestión de horas, pero no ha dado detalles sobre cómo planea alcanzar ese objetivo.
El presidente ruso Vladimir Putin ha advertido contra cualquier intento de colocar a Ucrania bajo el paraguas de seguridad de la OTAN liderada por Estados Unidos.
El nuevo enviado de Trump para la guerra en Ucrania, Keith Kellogg, ha sugerido la posibilidad de suspender las ambiciones de Ucrania de unirse a la OTAN como parte de un acuerdo de paz, mientras se siguen proporcionando garantías de seguridad a Kiev.
Mientras Ucrania presiona en el ámbito diplomático, sus fuerzas se ven sometidas en el frente oriental ante la ofensiva implacable de Rusia.
Kiev está buscando obtener todo el armamento posible de la administración de Biden debido a los temores de que Trump recorte la ayuda cuando regrese a la Casa Blanca.
En una reunión en Bruselas la semana pasada, Ucrania solicitó a sus aliados sistemas de defensa aérea capaces de derribar el nuevo misil balístico experimental Oreshnik, lanzado por Moscú.
Estos incluyen el sistema Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) de Estados Unidos y el sistema Arrow, desarrollado por Israel y Estados Unidos, según indicaron los funcionarios.
Putin desplegó su nueva arma contra la ciudad ucraniana de Dnipro el mes pasado en represalia por los ataques de Ucrania a Rusia con misiles de Estados Unidos y Reino Unido.
El líder del Kremlin también amenazó con atacar edificios gubernamentales en Kiev y a los países que suministran armas a Ucrania.
Los diplomáticos de la OTAN indicaron que dudaban de que Washington se moviera rápidamente para proporcionar a Ucrania los nuevos sistemas, dado lo largo que fue el proceso para que Biden aprobara la entrega de las defensas Patriot, de menor tecnología.
(AFP)
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