El Gobierno de Ucrania enfrenta el desafío de incorporar nuevos soldados a sus filas, y busca estrategias para movilizar a la población apta para el servicio militar e incentivar el retorno de miles de desertores. Pese a las propuestas planteadas, las autoridades se mantienen firmes en su decisión de no reducir la edad mínima de reclutamiento de los actuales 25 años a 18 años.
En este contexto, la semana pasada, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, promulgó una nueva ley diseñada para incentivar el regreso de los cerca de 60.000 hombres que han abandonado sus puestos desde principios de 2024.
El Gobierno ucraniano sostiene que ampliar el reclutamiento a un mayor número de jóvenes carece de sentido debido a la limitada disponibilidad de armamento moderno, una situación atribuida a los retrasos en los envíos por parte de los aliados de Kiev.
El mando militar Este de Ucrania, representado por Oleg Dombrovski, ha afirmado que el país cuenta con suficientes soldados potenciales y no ve necesaria una reducción en la edad mínima de reclutamiento. “Esto solo puede plantearse si la situación en el frente se deteriora de forma significativa”, subrayó.
Ucrania recluta actualmente entre 10.000 y 30.000 soldados al mes, pese a las dificultades, según explicó Oleksí Mélnik, analista militar del Centro Razumkov de Kiev. Además, en noviembre, cerca de 6.000 soldados que habían abandonado sus unidades sin autorización retornaron a sus puestos, de acuerdo con cifras proporcionadas por el Estado Mayor del Ejército ucraniano.
Sin embargo, Mélnik subrayó que es necesaria una política más sistemática para abordar la escasez de personal en el frente y reducir el ritmo de la deserción masiva, un problema que sigue creciendo.
La acumulación de cansancio entre los soldados, quienes llevan años combatiendo sin apenas descansos, y las inciertas perspectivas sobre el final de su servicio militar han sido factores determinantes de las deserciones. “Ahora mismo, solo está previsto que el servicio de la mayoría de los soldados termine cuando la guerra acabe o cuando mueran o resulten seriamente heridos”, señaló Mélnik.
Otros factores, como las deficiencias en el mando militar, la falta de armamento pesado y las preocupaciones de los potenciales reclutas sobre la calidad del adiestramiento y el futuro de sus familias, también desincentivan el alistamiento, según un estudio del Centro Razumkov.
Las estrategias de los expertos ante la deserción masiva
Yevguén Diki, veterano del Ejército y analista militar, propuso en una tribuna publicada en Ukrinform la introducción de periodos fijos de servicio militar como una medida clave para mejorar la situación.
Por su parte, Oleksí Mélnik, del Centro Razumkov, destacó la importancia de garantizar que las familias de los soldados movilizados estén protegidas en cualquier circunstancia, un factor crucial para ganar la confianza de los reclutas.
Entre las posibles estrategias, Oleksandr Kovalenko, analista militar, sugirió seguir el ejemplo de Rusia y ofrecer incentivos financieros, como primas por firmar contratos de reclutamiento.
Sin embargo, Mélnik advirtió que Ucrania no dispone de los recursos que permiten a Rusia ofrecer hasta 30.000 euros a nuevos soldados. “Ucrania está utilizando todos sus ingresos para financiar la guerra”, señaló, sugiriendo que los bonos del tesoro podrían ser una alternativa viable.
Asimismo, los analistas coinciden en que incentivos a largo plazo, como un mejor acceso a la vivienda o la educación, podrían ser efectivos para atraer a más soldados y estabilizar las filas militares.
Los expertos sugieren que las funciones asignadas a los nuevos reclutas en el ejército deberían alinearse más estrechamente con su experiencia y habilidades civiles, algo que actualmente no se prioriza lo suficiente. Además, garantizar que los reclutas y soldados puedan elegir sus unidades o cambiarlas fácilmente si es necesario es considerado un paso crucial para mejorar las condiciones de servicio, aunque técnicamente posible, esta opción no está asegurada en todos los casos.
En un esfuerzo por optimizar el proceso, los procedimientos administrativos han sido objeto de mejoras recientes. Por ejemplo, se ha permitido que algunas unidades realicen reclutamientos directos, evitando el uso de los criticados centros de reclutamiento tradicionales.
Segun Mélnik, si el servicio militar se vuelve más atractivo, esto también podría atraer a más voluntarios de menos de 25 años que aprenden rápidamente y ya están sirviendo como oficiales de bajo rango.
“Un voluntario está más motivado que alguien que está obligado a vestir un uniforme militar”, concluyó.
(Con información de EFE)