Las autoridades de Sudán acusaron este lunes a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) de usar drones suministrados por Emiratos Árabes Unidos (EAU) para atacar posiciones militares desde territorio de Chad. El Gobierno calificó este hecho como “un acontecimiento peligroso” y “otro giro” en el conflicto iniciado en abril de 2023.
El ministro de Cultura e Información, Jaled al Aiser, declaró en una conferencia de prensa en Puerto Sudán que el país dispone de “pruebas concluyentes” de que EAU ha entregado armas y recursos financieros a las RSF, una acusación que ya habían presentado anteriormente. Según sus declaraciones, entre los equipos suministrados se encuentran drones y misiles guiados.
Según la agencia estatal SUNA, Al Aiser criticó tanto a EAU como a Chad por colaborar con los paramilitares, y afirmó que el ejército sudanés se reserva el derecho de responder a estas acciones de manera adecuada. Asimismo, el ministro y portavoz del Gobierno hizo un llamado a la comunidad internacional para condenar el papel de ambos países en el conflicto con los paramilitares.
Por su parte, el ministro de Exteriores, Alí Yusef, señaló que las autoridades emiratíes tienen una responsabilidad “directa” al respaldar a las RSF y afirmó que Chad está “facilitando” el suministro de armas, proporcionando corredores seguros para los ataques.
Según Yusef, las investigaciones sudanesas revelaron que los drones son ensamblados en EAU y lanzados desde puntos estratégicos cercanos a la frontera sudanesa en Chad.
El respaldo de EAU a las RSF ya había sido señalado en un informe de expertos de Naciones Unidas, que consideraron estas acusaciones como “creíbles”. Sin embargo, tanto Chad como EAU han rechazado tales imputaciones.
Mientras tanto, el ministro de Defensa, Yasin Ibrahim Yasin, informó sobre la recuperación de la localidad de Um al Qura, en el estado de Gezira, tras enfrentamientos con las RSF. También anunció la toma de control de una fábrica de azúcar en el estado vecino de Sennar, que estaba en manos de los paramilitares.
Estas declaraciones se dieron luego de que las RSF proclamaran la formación de un gobierno civil paralelo en Jartum, donde el Ejército sudanés lleva a cabo una ofensiva para expulsar a los paramilitares de la capital y las adyacentes Jartum Norte y Omdurmán.
En este nuevo “gobierno civil” nombró a Abdulatif Abdulá al Amin al Hasán como “primer ministro” y a Nail Babiker Nail al Mak Naser como líder de un “consejo legislativo” de 90 miembros, orientado al desarrollo de “la seguridad, los servicios públicos y la llegada de ayuda humanitaria”.
En 2019, la caída de Omar Hasán al Bashir abrió una etapa de transición política en Sudán con la meta de formar un gobierno civil. Sin embargo, esta transición se vio gravemente afectada en octubre de 2021, cuando un golpe de Estado derrocó al entonces primer ministro de transición, Abdalá Hamdok, poniendo en riesgo los avances hacia un liderazgo civil.
En diciembre de 2022, se firmó un acuerdo para relanzar la transición, que incluía la incorporación de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) al mando de las Fuerzas Armadas, un punto clave para avanzar hacia un nuevo gobierno civil. No obstante, las tensiones en torno a esta integración llevaron al estallido de hostilidades en abril de 2023, desatando una guerra civil que ha sumido al país en una profunda crisis política y social.
Los enfrentamientos entre los paramilitares y las RSF, que comenzaron en Jartum y se extendieron a otras regiones, han provocado una crisis humanitaria con miles de muertos, desplazados internos y refugiados en países vecinos. La falta de diálogo efectivo y la rivalidad personal entre sus respectivos lideres han convertido a Sudán en el escenario de una guerra prolongada que amenaza con desestabilizar la región aún mas.
(Con información de Europa Press)