Estados Unidos anunció este lunes un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, valorado en 725 millones de dólares, que entre otros elementos incluye minas antipersona o municiones para los Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS).
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, subrayó en un comunicado que EEUU y más de 50 países siguen unidos a la hora de garantizar que Kiev tiene las capacidades que necesita para defenderse de la “agresión rusa”.
El paquete incluye munición de 155 y 105 milímetros, drones, misiles antitanque TOW y Javelin, equipo y munición de demolición, misiles tierra-aire Stinger o material para proteger infraestructura nacional crítica.
Este mismo lunes, el secretario de Estado estadounidense, Lloyd Austin, habló con su homólogo ucraniano, Rustem Umerov, sobre la dinámica en el campo de batalla y las necesidades ucranianas en el mismo.
Austin, según un comunicado del Pentágono, condenó el reciente bombardeo de infraestructura civil ucraniana con misiles y drones y el uso por parte de Rusia de un misil balístico de alcance intermedio, lo que en su opinión constituye “otra escalada” en la guerra de Rusia contra Ucrania.
Dos funcionarios estadounidenses no confirmaron si las municiones para los HIMARS son los codiciados ATACMS —el Sistema de Misiles Tácticos del Ejército—, pero Ucrania ha estado presionando para obtener más de los misiles de largo alcance para golpear objetivos adicionales dentro de Rusia.
El Canciller alemán visitó Ucrania
El canciller alemán, Olaf Scholz, visitó Ucrania el lunes por primera vez en más de dos años. Durante su visita, prometió continuar apoyando a Kiev en su lucha contra Rusia, poco después de que el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, le reprochara haber mantenido una conversación telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin.
Este gesto se produce en un momento clave, ya que el conflicto se acerca a una nueva fase crucial, especialmente con la toma de posesión de la nueva administración estadounidense bajo Donald Trump el próximo mes. Este cambio podría tener un impacto significativo en la trayectoria de la guerra, puesto que el presidente electo ha prometido poner fin a los combates.
Zelensky ha expresado su preocupación por la posibilidad de que surjan fisuras en la unidad de los aliados occidentales, los cuales han sido fundamentales para el apoyo a Ucrania en su lucha contra Rusia. En este contexto, Zelensky ha señalado que Putin podría apostar por que la resistencia de Occidente se agote antes que el propio conflicto.
A punto de cumplirse el cuarto año de la guerra, Zelensky mostró su desacuerdo con la llamada de Scholz a Putin, indicando que este tipo de conversaciones podrían conducir a una “ola de reconocimiento de facto” que no fortalecería la posición de Ucrania. “Después de una conversación (con Putin) hay una segunda, una tercera, una quinta conversación, porque a veces la gente quiere tomar el liderazgo por sí misma”, señaló el mandatario ucraniano.
A pesar de sus críticas, Zelensky también resaltó que, en general, las relaciones entre Ucrania y Alemania son de más coincidencias que diferencias.
(Con información de EFE y AP)