El Ejército del régimen de Bashar al Assad en Siria anunció este sábado el comienzo de los preparativos para reforzar las defensas en el norte de la provincia de Hama, el lugar que la coalición de yihadistas y rebeldes se han marcado como nuevo objetivo de su avance relámpago por el noroeste sirio, que comenzó a mediados de esta semana y que les ha llevado a hacerse con el control de buena parte de Alepo, la segunda ciudad más importante del país.
En un comunicado publicado en su cuenta de Facebook, el Ejército sirio desmintió que las fuerzas yihadistas hayan llegado ya a las ciudades rurales del norte de Hama, donde sus tropas “han organizado una línea de defensa reforzada, en plena disposición, preparación y gran espíritu moral para contrarrestar cualquier posible ataque”.
De igual modo, el Ejército también desmintió “informaciones falsas” sobre “la falta de desempeño de sus funciones en diversas regiones”, después de que medios afines a la oposición siria aseguraran que los militares están protagonizando deserciones en masa. “Hacemos un llamamiento a los conciudadanos a no creer rumores y mentiras sobre la situación de campo o tocar el liderazgo militar y seguir las noticias a través de canales nacionales y páginas oficiales”, añadió el comunicado del Ministerio de Defensa.
Poco antes de esta declaración, el llamado Mando Militar de Operaciones -que conforman los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), antigua rama siria de la red Al Qaeda, y facciones aliadas, algunas apoyadas por Turquía- aseguraba en su cuenta de Telegram que sus fuerzas están avanzando en dirección a Hama y a la provincia de Idlib, el que hasta ahora era el último gran bastión opositor.
También señaló que su objetivo principal es abrir un corredor entre Alepo e Idlib para permitir una vía de escape a los numerosos combatientes que se encuentran en esta última zona y reforzar así su ofensiva contra el régimen sirio.
“Avances significativos de nuestras fuerzas en varios ejes en el campo de Hama y Alepo, en medio de un estado de gran colapso de las filas enemigas, y su rápida retirada de decenas de lugares importantes, coincidiendo con la deserción de decenas de elementos”, anunció el mando rebelde en un comunicado.
Los yihadistas tomaron “la mayor parte de la ciudad y de edificios gubernamentales y prisiones” de Alepo en una ofensiva fulgurante contra el régimen de Bashar al Assad en la cual murieron hasta ahora más de 320 personas, según informó este sábado el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Reino Unido pero que cuenta con una amplia red de informantes en el terreno.
El dictador sirio Bashar Al Assad afirmó este sábado que su Ejército “es capaz, con la ayuda de sus aliados y amigos, de derrotar a los terroristas y eliminarlos”.
Y el OSDH señaló este sábado por la tarde que “al menos 16 civiles murieron y otros 20 resultaron heridos” cuando “aviones de guerra, probablemente rusos, atacaron vehículos civiles” en una rotonda de Alepo.
El Ejército sirio también reconoció que “organizaciones terroristas lograron penetrar en amplias partes de barrios de la ciudad de Alepo”.
Se trata de los enfrentamientos de mayor magnitud en varios años en Siria, donde la guerra civil que estalló en 2011 entre fuerzas que encontraron apoyos externos dejó medio millón de muertos y millones de desplazados.
Toque de queda
Por otra parte, los rebeldes impusieron un toque de queda de 24 horas en Alepo, a partir de las 17:00 del sábado (14:00 GMT), “para garantizar la seguridad de los residentes”.
“La mayoría de los civiles permanece en sus casas y las instituciones públicas y privadas están casi todas cerradas”, indicó la radio oficialista Sham FM.
El director del OSDH, Rami Abdel Rahman, dijo a la agencia AFP que las fuerzas rebeldes tomaron rápidamente grandes zonas de Alepo “sin encontrar ninguna resistencia significativa”. Y añadió: “No hubo combates, no se disparó ni un solo tiro, pues las fuerzas del régimen se retiraron”.
“Las líneas del régimen colapsaron a un velocidad increíble, que tomó a todos por sorpresa”, apuntó Dareen Khalifa, experto del International Crisis Group.
El jefe del autoproclamado “gobierno” de Idlib, Mohamad al Bashir, justificó el jueves la ofensiva al afirmar que el régimen había “comenzado a bombardear zonas civiles, provocando el éxodo de decenas de miles” de habitantes.
El ejército turco, que controla varias zonas del norte de Siria, pidió el viernes “poner fin” a los “ataques” en Idlib tras los bombardeos rusos y sirios.
El norte de Siria se mantenía en los últimos años en una calma precaria, posibilitada por un alto el fuego establecido tras una ofensiva del régimen en marzo de 2020. Esa tregua fue respaldada por Rusia y por Turquía, que apoya a algunos grupos rebeldes sirios en su frontera.
Los rebeldes emprendieron una ofensiva relámpago contra las fuerzas del régimen de Asad el miércoles, coincidiendo con la entrada en vigor de un frágil alto el fuego en el vecino Líbano entre Israel y el grupo terrorista libanés Hezbollah después de dos meses de guerra abierta.
(Con información de AFP y EP)