Al menos 242 personas, entre ellas 24 civiles, han muerto en tres días de choques entre el Ejército sirio -apoyado por la aviación de Rusia- y facciones islamistas opositoras a Damasco respaldadas por Turquía en la provincia de Alepo, en el norte de Siria, informó este viernes una ONG.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) indicó que, en tres días, al menos 135 combatientes de la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante -antiguo Frente al Nusra- y de otras facciones opositoras aliadas han muerto en las zonas rurales de Alepo y la vecina Idlib, considerado el último bastión opositor en Siria.
Además evaluó en 50 la cantidad de pequeñas aldeas que han sido ocupadas bajo el avance de las milicias: “Están ahora bajo el control de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y facciones aliadas”, dijo Rami Abdel Rahman, quien dirige el OSDH, con sede en Gran Bretaña, que monitorea la guerra.
Asimismo, apuntó que otros 83 soldados del Ejército sirio y de “milicias leales” al Gobierno del presidente sirio, Bashar al Asad, han muerto en estos enfrentamientos iniciados el miércoles tras una gran ofensiva de las facciones islamistas, que han tomado el control de decenas de localidades en su avance hacia la ciudad de Alepo.
Además, al menos 20 civiles han muerto en disparos de artillería y en bombardeos contra posiciones de los islamistas efectuados por la aviación de Rusia, que interviene desde 2015 en Siria en apoyo al Gobierno de Al Asad.
Por otra parte, la ONG y la agencia de noticias oficial siria SANA apuntaron que al menos cuatro estudiantes fallecieron durante la mañana de este viernes en un ataque con cohetes contra la ciudad universitaria de Alepo, donde el Ejército sirio ha mandado refuerzos ante el avance de las facciones armadas.
Según el Observatorio, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, el ataque de los islamistas contra las residencias estudiantiles provocó también daños materiales de diferente consideración y “causó un estado de pánico” entre los jóvenes.
Se trata de la primera ofensiva a gran escala de los insurgentes en casi cinco años en el norte de Siria.
La alianza islamista controla la mayor parte de la vecina provincia de Idlib, donde desde 2020 está en vigor un alto el fuego acordado por Turquía -valedora de la oposición siria- y Rusia.
Esta ofensiva se produce en un momento en el que Turquía busca restablecer lazos diplomáticos con Damasco, aunque Al Asad ha afirmado que Ankara debe retirar sus tropas presentes en varias zonas del norte de Siria y dejar de apoyar a grupos opositores para avanzar hacia el restablecimiento de relaciones, que se rompieron al inicio de la guerra civil siria hace 13 años.
El Ejército sirio confirmó en un comunicado que sus fuerzas armadas continúan afrontando “un gran ataque terrorista, en un amplio frente” en las afueras de Idlib y Alepo, mientras que la ONG Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseguró que más de 130 personas murieron en los combates.
La Comandancia General del Ejército sirio confirmó en un comunicado los enfrentamientos con facciones islamistas radicales integradas en el Frente al Nusra, y aseguró que “les infligió grandes pérdidas de equipos y vidas”.
Detalló que “las organizaciones terroristas armadas bajo el llamado ‘Frente Terrorista Al-Nusra’ (...) lanzaron un gran ataque en un amplio frente en la mañana del miércoles 27/11/2024 con un gran número de terroristas y utilizando medios y armas pesadas”.
Según la nota, reproducida por la agencia oficial de noticias siria, SANA, la alianza de grupos islamistas “apuntan a pueblos y ciudades seguras y a nuestros puntos militares en dichas regiones”.
“Nuestras fuerzas armadas respondieron al ataque terrorista, que aún continúa, y las organizaciones terroristas atacantes sufrieron grandes pérdidas en equipos y vidas. Nuestras fuerzas están enfrentando a las organizaciones terroristas con diversos medios de fuego y en cooperación con fuerzas amigas”, añadió en alusión velada a Rusia, que participa con su aviación en el conflicto en respaldo al gobierno de Damasco.
La nota no especificó detalles o números de víctimas, si bien el Observatorio Sirio de Derechos Humanos ya había adelantado este jueves que más de 130 personas habían perdido la vida en los combates, entre ellos 49 uniformados sirios, incluidos cuatro oficiales. Ahora el número ha crecido.
Según la ONG, con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno, entre los fallecidos en los combates unos 65 combatientes que pertenecen al Organismo de Liberación del Levante, alianza que controla la mayor parte de Idlib, al oeste de Alepo, así como 18 del grupo opositor llamado Ejército Nacional.
Estos serían los combates más sangrientos toda Siria en varios años, y supera en víctimas al ataque con drones que en octubre de 2023 dejó más de 80 muertos en una academia militar en la provincia de Homs.
El observatorio también indicó hoy que los grupos atacantes consiguieron controlar al menos cuatro nuevas aldeas “tras violentos combates”, en los que -aseguró- “aviones militares rusos han intensificado sus ataques desde primeras horas de la mañana” contra posiciones de los grupos islamistas.
La alianza islamista controla la mayor parte de la vecina provincia de Idlib, considerada el último bastión opositor del país, y donde desde 2020 está en vigor un alto el fuego acordado por Turquía -valedora de la oposición siria- y Rusia, aliada del Gobierno del presidente sirio Bashar al Asad.
Ese alto el fuego ha sido violado en numerosas ocasiones en estos años.
(Con información de EFE)