Los agricultores franceses cumplieron este martes su segunda semana de protestas, el mismo día en que la Asamblea Nacional debatirá y votará durante la tarde el acuerdo comercial entre la UE y el Mercosur, rechazado mayoritariamente por la clase política francesa.
De entre las numerosas movilizaciones de este martes, destacaron las decenas de tractores desplazados a Estrasburgo (noreste) para protestar ante el Parlamento Europeo, órgano implicado en el proceso de aprobación del pacto entre la UE y los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay).
Convocados por el sindicato agrícola Coordinación Rural, el convoy llegó a ser retenido por la gendarmería francesa en las inmediaciones del barrio que acoge la Eurocámara.
Otras de las manifestaciones, la mayoría de menor amplitud que las movilizaciones agrícolas organizadas en enero y febrero de este año, tuvieron lugar en Lille (norte) o Perpiñán (sur), donde los cortejos contaron también con tractores.
En esta última ciudad, próxima a la frontera española, la convocatoria partió del sindicato Jóvenes Agricultores (JA) y la Federación departamental de los sindicatos de los explotadores agrícolas (FDSEA) de los Pirineos Orientales.
Precisamente por su cercanía con España, uno de los países que exporta más productos agrícolas a Francia, Perpiñán es un escenario frecuente del descontento del campo francés, que ha revitalizado las protestas para presionar al Gobierno galo e impedir que se apruebe el pacto entre la UE y el Mercosur.
Mientras la Comisión Europea (CE) y países como Alemania y España trabajan para que salga adelante, París se opone al mismo.
Para mostrar el consenso político sobre este rechazo, la Asamblea Nacional francesa debatirá y votará esta misma tarde sobre el acuerdo. El miércoles, será el turno del Senado francés para debatir y votar el acuerdo.
Los detalles del acuerdo
Los agricultores europeos, especialmente en Francia, temen que la afluencia de productos sudamericanos sature sus mercados y perjudique a la agricultura local.
Un año después de un masivo movimiento de protesta de los agricultores europeos, ha estallado otra ronda de protestas en todo el continente, y muchos afirman que la reducción de los aranceles o de los contingentes libres de impuestos para los productos sudamericanos podría ser fatal para ellos.
Por ejemplo, 99.000 toneladas de carne de vacuno se enfrentarían a un arancel reducido de sólo el 7,5%, mientras que 180.000 toneladas de aves de corral entrarían libres de impuestos. Según la Comisión Europea, esto representa menos del 2% del consumo anual de carne de vacuno de la UE.
Los ganaderos alegan que no pueden competir con los productores sudamericanos, que se benefician de menores costes laborales, explotaciones más grandes y normativas menos estrictas en prácticas como el uso de hormonas de crecimiento en comparación con las normas de la UE.
En octubre, una auditoría de la Comisión Europea concluyó que Brasil, el mayor exportador mundial de carne de vacuno, no puede garantizar que sus exportaciones a la UE estén libres de la hormona del crecimiento «estradiol 17-β», prohibida en Europa desde hace décadas.
(Con información de EFE y AP)