Las manifestaciones organizadas por el partido opositor Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI) en Islamabad, para exigir la liberación del ex primer ministro Imran Khan, han dejado al menos cinco agentes de las fuerzas de seguridad muertos y 119 heridos, según confirmaron autoridades paquistaníes.
Los enfrentamientos comenzaron el domingo y continuaron hasta este martes, marcados por choques violentos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad en la capital de Pakistán.
El ministro del Interior, Mohsin Naqvi, señaló que cuatro miembros de la fuerza semimilitar Rangers murieron durante los enfrentamientos.
“Los responsables de estas protestas deberán rendir cuentas ante la Justicia”, afirmó. Por su parte, el inspector general de la Policía de Punjab, Usman Anwar, informó de la muerte de otro policía y detalló que 119 miembros de las fuerzas de seguridad resultaron heridos, cuatro de ellos por heridas de arma de fuego.
“Más de 22 vehículos policiales resultaron dañados. A pesar de ello, la Policía sigue cumpliendo con sus responsabilidades con 22.000 efectivos en servicio”, agregó Anwar durante una conferencia de prensa en Lahore.
“Estos elementos disruptivos no buscan la revolución, sino un baño de sangre”, afirmó en un comunicado.
“Esto no es una protesta pacífica, es extremismo”, agregó.
Las protestas se intensificaron durante la madrugada de este martes, cuando miles de seguidores del PTI ingresaron en Islamabad burlando las medidas de seguridad instaladas para proteger la ciudad.
Según el PTI, las fuerzas de seguridad respondieron con gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes, quienes lanzaron piedras como represalia, tal como se observa en videos compartidos por los seguidores de Khan. Las manifestaciones continuaron con la marcha hacia el área de D-Chowk, frente al Parlamento paquistaní y otras sedes gubernamentales.
“Hasta que Khan salga y nos lo diga no nos detendremos”, declaró Bushra Bibi, esposa del ex primer ministro, quien participa activamente en las movilizaciones.
A pesar de que la administración municipal prohibió la semana pasada las concentraciones públicas, los simpatizantes de Khan, armados con palos y hondas, se encuentran a menos de 10 kilómetros de un edificio gubernamental de la capital que quieren ocupar para reclamar la liberación de su líder.
El contexto político en Pakistán se encuentra tensado por la detención de Imran Khan, quien fue destituido de su cargo como primer ministro en 2022 mediante una moción de censura y permanece encarcelado desde agosto de 2023.
Khan enfrenta más de 100 cargos judiciales, principalmente por corrupción, los cuales él y sus partidarios califican como parte de una persecución política. Las protestas de Islamabad, definidas como el “último llamado” por parte de sus seguidores, buscan presionar al gobierno para obtener su liberación.
La visita oficial del presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, a Pakistán ha intensificado las medidas de seguridad en Islamabad.
Lukashenko, un cercano aliado del presidente ruso Vladímir Putin, llegó al país el lunes para una agenda que no ha sido divulgada públicamente. Este contexto ha añadido complejidad a la situación en la capital, donde las fuerzas de seguridad enfrentan simultáneamente las manifestaciones y las responsabilidades relacionadas con la protección del mandatario extranjero.
(Con información de EFE y AFP)