Las Fuerzas Armadas de Ucrania aseguraron este domingo haber destruido una estación de radar perteneciente a un sistema de misiles antiaéreos S-400 en la región rusa de Kursk, una zona parcialmente bajo control ucraniano desde agosto pasado, en medio de crecientes tensiones y una escalada militar en la región.
Según un comunicado publicado por el Estado Mayor General ucraniano en Telegram, el ataque fue ejecutado durante la noche por unidades de las Fuerzas de Misiles en coordinación con otros componentes del Ejército. El objetivo fue la división de misiles antiaéreos 1490 del regimiento de misiles antiaéreos del 6º Ejército de Rusia. El Estado Mayor confirmó “un impacto exitoso” en la estación de radar del sistema S-400, uno de los sistemas antiaéreos más avanzados del arsenal ruso.
Según la cúpula militar ucraniana, la unidad de las Fuerzas Armadas rusas llevaba a cabo operaciones de combate en la modalidad “tierra-tierra”, es decir, golpeaban objetivos fijos situados en tierra.
”Estos bombardeos de los invasores rusos se dirigen principalmente contra objetivos civiles y contra la población civil de las regiones de primera línea de Ucrania”, dijo el Estado Mayor ucraniano.
Despliegue de tropas norcoreanas y avances rusos en el este
Este ataque se produce en un momento de particular tensión en la región de Kursk, donde según información del Pentágono, Rusia ha desplegado aproximadamente 10.000 tropas norcoreanas. El secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, anticipó el sábado que estos efectivos podrían entrar “pronto” en combate contra Ucrania, una evaluación que ha aumentado la preocupación internacional sobre la expansión del conflicto.
Kiev ha advertido por su parte que Rusia está concentrando una fuerza de 50.000 combatientes en la zona, incluyendo el contingente norcoreano, con el objetivo de recuperar los aproximadamente 800 kilómetros cuadrados de territorio que Ucrania controla en la región desde su avance en agosto.
A pesar de la creciente presión rusa y la escasez de equipamiento y personal, las fuerzas ucranianas han manifestado su intención de mantener su presencia en la región de Kursk, en lo que se perfila como un nuevo punto de tensión en este conflicto que continúa intensificándose.
Al mismo tiempo, en el frente oriental, las fuerzas rusas continúan su avance, especialmente cerca de Kurajove, donde según dijeron fuentes del Estado Mayor ucraniano el viernes, progresan entre 200 y 300 metros diarios. Sin embargo, cerca de Pokrovsk, un importante centro logístico ucraniano, la situación se mantiene relativamente estable.
Nuevo misil ruso
La destrucción del radar en Krusk se produce días después de que Rusia escalara significativamente el conflicto al utilizar por primera vez un misil balístico hipersónico Oréshnik contra una fábrica en la región de Dnipró.
El Kremlin, a través de su portavoz Dmitri Peskov, justificó este domingo el uso de esta nueva arma como una respuesta necesaria ante lo que considera la disposición de Occidente a “hacer cualquier cosa” para infligir una derrota estratégica a Rusia.
“Efectivamente, el Occidente Colectivo, liderado por Estados Unidos, demuestra que está dispuesto a todo para aplastar a Rusia e infligirle una derrota estratégica”, dijo Peskov en declaraciones a la televisión pública. De ahí, añadió, “esas señales de advertencia en el sentido de ‘ni se te ocurra’. Me refiero al ataque realizado con el nuevo misil, que fue muy oportuno, demandado y efectivo”.
La tensión se ha incrementado también en el ámbito diplomático, con Moscú acusando directamente a países occidentales de participar en ataques contra territorio ruso. El presidente ruso Vladimir Putin ha respondido no solo con el despliegue de nuevas armas, sino también con cambios en la doctrina nuclear rusa que ahora permite respuestas con armamento atómico ante ataques convencionales.
Esta escalada militar ha venido acompañada de un significativo aumento en el presupuesto de defensa ruso, que se incrementará casi un 25% el próximo año, llegando a superar el 6% del producto interior bruto del país, según aprobó recientemente la Duma.
En sus declaraciones de hoy, Peskov aseguró que Moscú confiaba en que las potencias occidentales atendieran los avisos del Kremlin, como el claro mensaje que el presidente ruso, Vladímir Putin, envió en septiembre cuando dijo que si daban permiso a Kiev para el empleo de misiles de largo alcance eso significará que EEUU y la OTAN “están en guerra con Rusia”. En cuanto a la doctrina nuclear, explicó que la decisión se había tomado hace meses para reaccionar a la nueva fase del antagonismo con Occidente. Con todo, agregó, Putin debe responder “continuamente” a los pasos “cada vez más imprudentes” de Occidente, que añaden aún más tensión al conflicto ucraniano.
La comunidad internacional ha reaccionado con preocupación ante esta escalada. Las potencias occidentales han calificado el lanzamiento del misil hipersónico como una peligrosa “escalada” y han condenado la retórica “irresponsable” de Moscú sobre el uso de armas nucleares. China, un firme aliado de Rusia, ha llamado por su parte a la moderación.
(Con información de AFP, EFE y AP)