La Unión Europea, Estados Unidos y otros países ricos presentes en la cumbre del clima COP29 acordaron el sábado elevar su oferta de financiación mundial a 300.000 millones de dólares anuales para 2035, en un intento de desbloquear unas negociaciones cada vez más tensas.
La cumbre debía haber concluido el viernes, pero se ha prolongado más de lo previsto porque los negociadores de casi 200 países -que deben adoptar el acuerdo por consenso- trataban de consensuar un plan mundial de financiación climática para la próxima década.
No estaba claro si la oferta revisada sería suficiente para llegar a un acuerdo, pero los negociadores de los países en desarrollo y las naciones insulares mostraron el sábado su frustración por un proceso que, en su opinión, no era inclusivo, y abandonaron temporalmente las conversaciones.
Los países en desarrollo ya habían tachado de insultantemente baja una propuesta de acuerdo de 250.000 millones de dólares elaborada el viernes por la presidencia azerbaiyana de la COP29.
Las conversaciones de la COP29 han puesto de manifiesto las divisiones entre los Gobiernos ricos, limitados por sus ajustados presupuestos nacionales, y los países en desarrollo, que se tambalean por los crecientes costos de las tormentas, inundaciones y sequías provocadas por el cambio climático.
El nuevo objetivo sustituye al anterior compromiso de los países desarrollados de aportar 100.000 millones de dólares anuales a la financiación de los países más pobres para 2020. Ese objetivo se cumplió con dos años de retraso, en 2022, y expira en 2025.
Cinco fuentes con conocimiento de las discusiones a puerta cerrada afirmaron que la UE había acordado aceptar la cifra más alta. Dos de las fuentes afirmaron que Estados Unidos, Australia y Gran Bretaña también estaban de acuerdo.
Un portavoz de la Comisión Europea y otro del Gobierno australiano no quisieron hacer comentarios sobre las negociaciones. La delegación estadounidense en la COP29 y el Ministerio de Energía británico no respondieron inmediatamente a las peticiones de comentarios.
A falta de una actualización formal del borrador del acuerdo por parte de la presidencia de la COP29, el ambiente era tenso entre los grupos negociadores.
“No hay claridad sobre el camino a seguir. No hay claridad sobre la voluntad política que necesitamos para salir de esto”, dijo el negociador principal de Panamá, Juan Carlos Monterrey Gómez.
Los representantes de los países menos adelantados (PMA) y de los pequeños Estados insulares abandonaron frustrados la sala de negociaciones, pero afirmaron que seguían comprometidos con la búsqueda de un acuerdo.
“Nos hemos retirado temporalmente, pero seguimos interesados en las conversaciones hasta que consigamos un acuerdo justo”, dijo el presidente del bloque de los PMA, Evans Njewa, en un mensaje en X.
Los pequeños estados insulares y algunos africanos abandonaron este sábado la sala de negociación en que conocieron la última propuesta de la presidencia para el acuerdo sobre financiación climática que ultima la COP29, donde dijeron no sentirse escuchados.
Representantes políticos del grupo negociador que aglutina a los países menos desarrollados, así como el de los pequeños estados-isla alegaron haber venido a la cumbre del clima de Bakú a cerrar “un acuerdo justo” sobre financiación climática, pero se han sentido “dolidos” al no estar siendo consultados.
“Hay un acuerdo que cerrar y no estamos siendo consultados. Estamos aquí para negociar, pero nos marchamos porque en este momento no sentimos que se nos escuche”, dijo el jefe del grupo negociador de los países insulares, el ministro de Samoa Cedric Schuste, en declaraciones a los medios.
“Hacemos todo lo posible por tender puentes con, literalmente, todo el mundo. No es fácil, ni en la financiación ni en la mitigación”, subrayó por su parte el comisario europeo de Acción Climática, Wopke Hoekstra, para enfatizar que “es justo pedir que seamos constructivos”.
Algunos estados de Latinoamérica y el Caribe, que intentan mediar entre los menos desarrollados y los países ricos, manifestaron su negativa a admitir que esta cumbre de Bakú acabe sin acuerdo.
“No podemos salir de Bakú como de Copenhague”, dijo el enviado especial del clima de Panamá, Juan Carlos Monterrey, en referencia a la cumbre del clima celebrada en la capital danesa en 2009, un encuentro que la comunidad climática internacional consideró un fracaso, al no lograr ningún acuerdo.
“Ya estamos en un punto de no solamente construir puentes, sino de caminar sobre esos puentes”, zanjó Monterrey, tras detallar que los países habían salido de la consulta principalmente por sus discrepancias respecto del monto total que los países ricos sugieren movilizar para costear la transición climática y la adaptación a los impactos inevitables del calentamiento global.
“La gran lucha es la cifra”, aseveró Monterrey, pues los países en desarrollo en este punto apoyan que el objetivo sea de 300.000 millones de dólares anuales para 2035, y las economías en desarrollo y emergentes piden 500.000 millones de dólares anuales y para 2030.
Falta de transparencia en el proceso
La negociadora principal de Panamá, Ana Aguilar, criticó además la falta de transparencia en el proceso, algo que achacó a la presidencia azerí de la cumbre, que según ella ha tenido más reuniones con unas partes que con otras, y han estado tres días sin favorecer negociaciones más que bilateralmente.
“Tenemos un problema”, señaló la ministra de Colombia, Susana Muhamad, quien alegó que hay aún mucha distancia entre el monto que los países ricos proponen movilizar y la que los que los países en desarrollo piden.
La propuesta de la presidencia de la COP29, según lo reflejó en un texto negociador hecho público el viernes, era que los países pudientes paguen 250.000 millones de dólares anuales para 2035 a los estados del Sur Global, para ayudarles a costear la acción contra el cambio climático, fenómeno al que apenas contribuyen pero del que son las principales víctimas.
Ahora se está hablando de 300.000 millones de dólares, mientras que el grupo mayor de países en desarrollo exige al menos 500.000 millones.
La disputa está especialmente en el quantum, dijo Muhamad, pero también “en algunos de los requisitos que creo que a través de la negociación podemos conseguir”, precisó.
“El problema es que se ha publicado muy tarde, se publicó ayer. El plazo es muy corto, así que tenemos a algunos países, los que tienen menos capacidad financiera, que no se sienten satisfechos”, explicó Muhamad, quien agregó que “necesitamos que puedan moverse y deliberar”.
La ministra colombiana dijo que animará a los países ricos “a dar un paso adelante” y, agregó, “es muy importante que lo den para que podamos avanzar y sacar adelante esta negociación”.
(Con información de Reuters y EFE)