La central nuclear de Zaporizhzhia, bajo ocupación rusa desde el inicio de la invasión a Ucrania, se encuentra “al borde del apagón por segunda vez esta semana”, según denunció el Ministerio de Energía de Ucrania.
La planta opera actualmente con una sola línea de transmisión conectada al sistema eléctrico ucraniano. “Si esta línea se desconecta, se producirá un apagón completo”, advirtió el ministerio en un comunicado.
Ingenieros ucranianos trabajan para restaurar la conexión con otras líneas que atraviesan tanto territorio ocupado por Rusia como áreas controladas por Ucrania.
El ministro de Energía de Ucrania informó sobre una reunión del consejo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en Viena, en la que Ucrania insistirá en el cumplimiento de una resolución que exige el retorno de la central a manos ucranianas.
“Es la única manera de garantizar su funcionamiento seguro”, declaró.
La planta, ubicada en una zona donde los bombardeos son constantes desde 2022, permanece en el centro de las tensiones entre Ucrania y Rusia. Ambos países se acusan mutuamente de poner en peligro su seguridad.
Ucrania ha advertido que los ataques rusos no solo amenazan la estabilidad energética, sino que también incrementan el riesgo de una catástrofe nuclear.
La comunidad internacional sigue monitoreando el conflicto, mientras Ucrania mantiene su exigencia de recuperar el control total de la central para proteger su infraestructura y seguridad nacional.
Crisis energética
Ucrania afronta su peor invierno desde que empezó la invasión rusa, pero no por pronósticos de que el invierno será especialmente duro, sino por la destrucción del 65 % de la infraestructura energética en los últimos meses, lo que ha obligado a que se planifiquen interrupciones de la electricidad de al menos ocho horas al día, aunque podrían ser más largas, según anunció la ONU.
”Estamos trabajando con varios escenarios. Ha habido mucha destrucción, pero también ha habido reparaciones. En los tres meses que llevo en Ucrania ha habido apagones, algunas veces de varias horas, pero junto a las autoridades estamos planteando escenarios que podrían ser desde ocho horas o más, hasta 16 horas”, dijo el representante de la ONU en Ucrania, Matthias Schamale.
”La destrucción (de las instalaciones de producción energética) ha sido mayor que en los dos últimos inviernos”, explicó a la prensa internacional en Ginebra.
Sostuvo que a pesar de los esfuerzos, no se ha podido reconstruir lo suficiente la infraestructura dañada y que se teme lo que pasaría si Rusia insiste en sus ataques contra este sector, lo que combinado con el inicio del invierno podría provocar nuevos desplazamientos de población, tanto dentro como fuera del país.
En cualquiera de los casos, Schamale dijo que preocupan las personas que viven en edificios altos en las ciudades porque serán muy difíciles de calentar y que las autoridades locales están ya preparando refugios para el frío, donde la gente podrá entrar en calor y recibir una comida caliente.
El jefe humanitario recordó que los ataques a las plantas de producción de energía están prohibidos en situaciones de guerra porque son infraestructuras civiles, ya que suministran a la población el gas y la electricidad para calefacción, para cocinar o para que funcionen los sistemas de distribución de agua potable, así como hospitales y otros servicios esenciales.
“Si hay más ataques importantes que afectan lo que ha sido reparado, la situación será mucho peor”, reconoció.
En cualquier circunstancia, Schamale comentó que el escenario más catastrófico sería que haya un ataque que alcance, intencionalmente o no, la central nuclear de Zaporizhzhia (una de las más grandes de Europa), que produce una parte considerable de la electricidad, a lo que se añade la radiación nuclear que produciría, con consecuencias imprevisibles.
(Con información de EFE)