Las fuerzas de defensa antiaérea ucranianas repelieron con éxito un importante ataque aéreo ruso contra Kiev a primera hora del miércoles, que se produjo pocas horas después de que la embajada de Estados Unidos en Kiev tomara la inusual medida de cerrar sus instalaciones y advertir de un inminente ataque aéreo a gran escala.
Múltiples explosiones resonaron en la capital ucraniana cuando los sistemas de defensa antiaérea se enfrentaron a los misiles rusos, según testigos y oficiales militares. Los responsables de la defensa antiaérea ucraniana no informaron de víctimas ni de daños en las infraestructuras a causa del ataque, lo que pone de relieve la eficacia de la cada vez más sofisticada red de defensa antiaérea del país. Los periodistas de Reuters en Kiev informaron de que habían oído varias ráfagas de fuego antiaéreo cuando los sistemas de defensa se enfrentaron a las amenazas entrantes.
El ataque supuso una importante escalada de las tensiones tras el primer uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance ATACMS proporcionados por Estados Unidos contra territorio ruso, que se produjo el martes, en el día 1.000 del conflicto. La administración Biden autorizó recientemente a Ucrania a emplear estas potentes armas contra territorio ruso, marcando un cambio significativo en el apoyo militar estadounidense.
Este miércoles, Andriy Kovalenko, jefe del Centro para Contrarrestar la Desinformación del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, confirmó que Rusia lleva meses almacenando misiles para preparar una serie de ataques contra Ucrania. “Han acumulado principalmente misiles Kh-101, Kalibr y balísticos”, dijo Kovalenko, añadiendo que Rusia también había posicionado buques y aviones para posibles ataques.
El momento del ataque es especialmente significativo, ya que se produce justo un día después de que el presidente ruso Vladimir Putin firmara un decreto que actualiza la doctrina nuclear de Rusia. La nueva política amplía las condiciones en las que Rusia podría emplear armas nucleares, incluidas las respuestas a ataques convencionales que amenacen la soberanía rusa. La medida fue ampliamente interpretada como una advertencia a Estados Unidos y a la OTAN contra una mayor implicación en el conflicto ucraniano.
No obstante, el Kremlin, a través de su portavoz Dmitry Peskov, acusó a la administración estadounidense saliente de “hacer todo lo posible” para prolongar la guerra. Esta declaración se produjo en medio de informaciones según las cuales el presidente Biden también había autorizado el suministro de minas antipersona a Ucrania, a pesar de que Kiev es signatario del Tratado de Ottawa, que prohíbe este tipo de armas.
El ataque del miércoles se produce después de un bombardeo masivo ruso del domingo contra la infraestructura eléctrica de Ucrania, en el que participaron 120 misiles y 90 aviones no tripulados. El patrón de ataques sugiere una intensificación de la estrategia rusa para dañar la infraestructura civil ucraniana a medida que se acerca el invierno.
Varias misiones diplomáticas en Kiev, incluida la Embajada de España, suspendieron sus operaciones el miércoles debido al aumento de la amenaza. La advertencia de la Embajada de Estados Unidos sobre el inminente ataque fue notablemente específica, lo que llevó a otras misiones diplomáticas occidentales a seguir su ejemplo con medidas de precaución similares.
La escalada se produce en un momento crítico del conflicto, en el que Ucrania se enfrenta a la incertidumbre sobre el futuro apoyo militar occidental. El Presidente Volodymyr Zelensky ha advertido en repetidas ocasiones que cualquier reducción de la ayuda militar estadounidense podría tener consecuencias catastróficas para la capacidad defensiva de Ucrania.
Los analistas militares sugieren que la respuesta de Rusia al uso de misiles ATACMS por parte de Ucrania indica la creciente preocupación de Moscú por la ampliación de las capacidades de ataque de Kiev. Por otro lado, el éxito de la defensa de la capital el miércoles demuestra la mejora de la capacidad de Ucrania para proteger su espacio aéreo, incluso cuando Rusia intenta desbordar sus defensas con ataques a gran escala.