El ex primer ministro de Pakistán, Imran Khan, logró este miércoles que el Tribunal Superior de Islamabad ordenara su libertad bajo fianza en el caso ‘Toshakhana’, en el que se le acusa de apropiarse y vender regalos oficiales recibidos de dignatarios extranjeros durante su mandato. Sin embargo, esta decisión no garantiza su salida de prisión debido a las decenas de procesos legales que aún enfrenta.
La audiencia, presidida por el juez Miangul Hasán Aurangzeb, concluyó con la aceptación de la medida bajo el pago de un millón de rupias (aproximadamente 3.400 euros). El magistrado advirtió que la libertad bajo fianza podría ser revocada si Khan no coopera con las investigaciones, según informó el diario paquistaní Dawn. A pesar del optimismo de sus abogados, que han prometido su liberación “pronto”, las autoridades confirmaron que seguirá detenido debido a otras causas pendientes.
Un entramado judicial complejo
Desde su destitución mediante una moción de censura en 2022, Khan ha enfrentado más de 150 casos legales que van desde corrupción hasta incitación a la violencia. Aunque varias condenas, incluyendo sentencias de tres, diez y catorce años de prisión, han sido anuladas en apelaciones, la acumulación de nuevos cargos ha mantenido al ex mandatario recluido en una prisión de Rawalpindi.
En el mismo caso, su esposa, Bushra Bibi, fue liberada bajo fianza el mes pasado tras pasar nueve meses detenida. Sin embargo, deberá asistir a las audiencias judiciales junto a su esposo.
El gobierno y expertos legales aseguran que no es posible liberar a Khan en este momento. El ministro de Información, Attaullah Tarar, confirmó que al menos ocho procesos legales adicionales se interponen en su camino hacia la libertad.
Un contexto de agitación política
La decisión judicial se produce en un momento de alta tensión en Pakistán. Los seguidores de Khan, liderados por su partido Tehreek-e-Insaf (PTI), han convocado una manifestación masiva el próximo 24 de noviembre en Islamabad para exigir su liberación y protestar contra el gobierno del primer ministro Shehbaz Sharif. Las autoridades han prohibido la marcha, pero los líderes del PTI insisten en que continuarán con sentadas y protestas hasta que se cumplan sus demandas.
El caso ‘Toshakhana’ ha sido emblemático en la narrativa contra Khan. Aunque las leyes de Pakistán permiten a funcionarios conservar regalos diplomáticos tras declarar su valor de mercado, las acusaciones indican que el ex primer ministro vendió algunos de estos obsequios para su beneficio personal, lo que constituye una violación de las normas gubernamentales.
Defensa y acusaciones de persecución política
Imran Khan y su equipo legal han sostenido consistentemente que las acusaciones en su contra carecen de fundamento y son parte de un intento deliberado de marginarlo políticamente. Según su abogado, Salman Safdar, no existe “ninguna prueba” que justifique las condenas, calificándolas como el resultado de juicios “ilegales”. Khan, por su parte, ha defendido su inocencia y asegura que los múltiples casos judiciales buscan impedir su participación en la esfera pública.
Aunque en julio la Justicia paquistaní suspendió temporalmente una de las condenas en su contra por el caso ‘Toshakhana’, pocas horas después se emitió una nueva orden de arresto. Pese a este panorama, Safdar ha expresado confianza en que su cliente será liberado, aunque las audiencias del juicio por corrupción, iniciadas en julio, aún están en curso.
(Con información de EP/ AP)