La moneda rusa agudizó este martes su depreciación y alcanzó su valor mínimo en más de un año, cerrando la jornada en 100 RUB por cada dólar estadounidense, y 105,73 RUB por cada euro.
El debilitamiento de la economía de Moscú se remonta a febrero de 2022, con el inicio de la guerra en Ucrania y las consecuentes sanciones que la comunidad internacional impuso sobre el país, en forma de castigo. Desde entonces, la situación ha ido fluctuando, con algunos períodos de leve mejoría impulsados por medidas internas, como por ejemplo, la obligación de venta de divisas a las principales empresas exportadoras, lo que permitió detener la caída del rublo durante unos meses.
Estas operaciones estaban gestionadas por la Bolsa de Moscú y por el Banco Central de Rusia, que se encargaban de realizar la conversión de monedas.
También, el BCR elevó los tipos de interés hasta el 21 por ciento, algo que muchos economistas criticaron por considerar que, junto con una alta inflación -del 8,5% según el último dato- podría conducir a un estancamiento.
Sin embargo, estas medidas no fueron más que soluciones temporarias ya que, desde agosto, la moneda más antigua del mundo expone una tendencia negativa.
En los últimos cuatro meses, el rublo lleva perdido 16% frente al dólar y la tendencia a la baja se intensificó dos semanas atrás, al conocerse el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos.
Según Tatiana Orlova, de Oxford Economics, esto se debe a que, más allá de los esfuerzos del Gobierno, existe una “continuación del debilitamiento” de la divisa, cuyos efectos no se podrán eliminar tan fácilmente, a lo que se suma una caída en el precio del petróleo.
A la par, si bien Orlova no lo consideró como un factor con efecto directo, cabe resaltar que la situación en el campo de batalla de las Fuerzas Armadas rusas no es tampoco favorable, menos aún tras conocerse el uso de misiles de largo alcance estadounidense en su territorio.
Luego de que, este fin de semana, medios estadounidenses reportaran que la Administración de Joe Biden había dado luz verde a su homólogo, Volodimir Zelensky, para el empleo de los proyectiles ATACMS sobre Rusia, este martes se conoció que las tropas habían realizado la primera de estas maniobras.
Según RBC, la ofensiva alcanzó un almacén en la ciudad de Karachev, en la región occidental de Bryansk, donde había munición enemiga.
El ministro de Asuntos Exteriores de Kiev, Andriy Sybiga, aseguró que este tipo de ataques permitirán cambiar las “reglas del juego” en la guerra y harán que el conflicto sea “más corto”.
Rusia reconoció la agresión, aseguró que “no hubo víctimas ni destrucción significativa” en su territorio y respondió aprobando un decreto que autoriza el uso de armas nucleares ante agresiones de países no nucleares, siempre que cuenten con el respaldo de potencias atómicas. Este sería el caso de Ucrania y Estados Unidos.
“Era necesario alinear nuestros principios con la situación actual”, sostuvo el portavoz de Vladimir Putin, Dmitry Peskov, al referirse a esta medida, considerada una clara advertencia para la OTAN y Washington, y un posible desencadenante de una escalada del conflicto.
(Con información de AFP y EFE)