La región de Zaporizhia volvió en los últimos días al centro de los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania, en un nuevo intento del enemigo por hacerse con su control.
La víspera, las tropas lanzaron dos ataques cerca de la ciudad de Orijiv, cuatro sobre las islas situadas en el río Dnipro y doce en el pueblo de Rivnopil, aunque la mayoría de ellos fueron frustrados por los oficiales ucranianos, que lograron neutralizar los drones y misiles enemigos, y resistir ante el avance de las tropas.
Estas imágenes dejaron al descubierto la voluntad del Kremlin de hacerse, ahora, con esta región clave al sur del país -para lo que ha concentrado tropas y munición, que fueron trasladadas desde otras posiciones en el país- pero, a su vez, su incapacidad de liderar en todos los frentes.
Analistas ucranianos advirtieron que Rusia carece de los recursos suficientes para atacar en todos los segmentos del campo de batalla al mismo tiempo, por lo que sus esfuerzos difícilmente sean suficientes para hacer retroceder a Kiev y lograr estas victorias.
En estos momentos, las Fuerzas Armadas de Rusia tienen en Zaporizhia menos capacidad que la que tenían cuando lanzaron su gran maniobra sobre Kharkiv que, entonces, tampoco consiguió avanzar más que ocho kilómetros, y siguen, día tras día, registrando nuevas bajas. De hecho, este lunes, el enemigo tuvo por segundo día consecutivo un récord de pérdidas, con 1.950 soldados heridos o muertos, que se sumaron a los 1.770 del domingo, expusieron cálculos ucranianos.
“No está para nada claro que Rusia pueda seguir avanzando y acercándose a su objetivo de hacer colapsar la defensa de Ucrania si sigue sufriendo tales pérdidas”, dijo Oleksi Melnik, analista del Centro Razumkov.
Asimismo, otro factor que podría impedir el éxito de los planes de Vladimir Putin es la defensa ucraniana, que sigue recibiendo asistencia de Occidente y trabajando contrarreloj por fortalecer sus posiciones. El bloguero militar y oficial del Ejército de Kiev conocido en línea como “Aleks” aseguró que las fortificaciones de las tropas en Zaporizhia están lo suficientemente preparadas como para resistir a las ofensivas rusas.
No obstante, Rusia aún tiene a su favor una carta que podría usar para debilitar a las tropas y avanzar con mayor facilidad: su capacidad aérea. Desde el inicio de la guerra, el cielo ha sido el principal punto débil de Kiev y la principal fortaleza de Moscú; mientras el segundo dispone de poderosas bombas que se pueden lanzar a decenas de kilómetros de distancia, el primero se ve limitado en su capacidad de repelerlas por los escasos sistemas antiaéreos y las prohibiciones de atacar objetivos militares en el país vecino.
Es por ello que, solo en un escenario tal, Melnik reconoció que Putin podría sacar ventaja en el campo de batalla. Por ahora, la situación es “difícil pero está bajo control”, dicen desde la Brigada 47, aunque “ninguna fortificación que se construya en el frente puede sobrevivir al impacto de múltiples bombas aéreas”, advirtió Melnik.
Otros, como Oleksandr Kovalenki, creen que el Kremlin podría salir victorioso si los ataques aéreos sobre la ciudad y sus alrededores se concentran solamente en recapturar las posiciones perdidas durante la contraofensiva ucraniana de 2023 o si los oficiales se enfocan, en su lugar, en la vecina Donetsk, y abandonan sus ambiciosos planes.
(Con información de EFE)