Un cargamento de petróleo ruso parece haber sido cambiado entre petroleros oceánicos cerca de un territorio español en el norte de África, restableciendo una práctica clandestina a la que Madrid creía haber puesto fin el verano pasado.
El sábado, el petrolero Sakarya, de clase Suezmax, abandonó las aguas de Ceuta, un destino antaño popular para el cambio de petróleo ruso, y su profundidad en el agua indicaba que había descargado cargamento. Antes de eso, el buque desapareció de los sistemas digitales de seguimiento durante unas 60 horas. Sus movimientos posteriores conocidos, junto con el hecho de que tres superpetroleros esperaban cerca, sugieren que transfirió su carga a uno de ellos.
Desde agosto de 2023 no se han realizado transferencias de carga de Urals cerca de Ceuta, después de que España escribiera a las empresas locales acerca de esta práctica, que podría suponer el incumplimiento de un límite de precios del petróleo ruso establecido por el G7. En su lugar, el trasvase se ha estado realizando por todo el mundo, desde el Mediterráneo oriental hasta el Golfo de Omán. Las transferencias ayudan a los compradores a crear cierto grado de separación sobre sus compras de carga.
Antes de que se apagara su transpondedor, los sistemas de seguimiento muestran que el Sakarya recogió en octubre unos 730.000 barriles de petróleo ruso en Primorsk, en el mar Báltico. Después navegó hasta aguas próximas al exclave, donde llegó el 6 de noviembre y partió el 9 de noviembre, al parecer para recoger un nuevo cargamento.
Otro petrolero, el Cankiri, que cargó cerca de un millón de barriles procedentes de la principal terminal de exportación rusa del Mar Negro, llegó cerca de Ceuta el 8 de noviembre. Ha estado cerca de donde estaba el Sakarya desde entonces. Su profundidad en el agua no ha variado, lo que indica que sigue cargado.
Los portavoces del Ministerio de Transportes de España y de las autoridades marítimas nacionales no estaban disponibles para hacer comentarios.
Ambos petroleros navegan bajo pabellón de Panamá, según una base de datos de la Organización Marítima Internacional.
Durante el mismo periodo en que los dos petroleros estuvieron allí, tres superpetroleros vacíos -con capacidad para albergar unos 2 millones de barriles cada uno- también estuvieron cerca.
El cielo nublado, que ocultó las imágenes por satélite, y la desconexión del transpondedor del Sakarya durante dos días y medio impiden saber cuál de los tres buques, si es que hubo alguno, se llevó su cargamento.
Las distancias de navegación hasta los puertos que podrían haber recibido la carga del Sakarya, y dónde se encontraba cuando volvió a aparecer en los sistemas de seguimiento digital, hacen poco probable que el petrolero entregara la carga en una terminal de importación terrestre.
Occidente ha redoblado sus esfuerzos para reprimir a los petroleros que transportan petróleo ruso. Hasta ahora, las autoridades del G7 han sancionado a un total de 91 petroleros por su participación en el comercio de petróleo ruso desde que comenzó la guerra en Ucrania. Uno de ellos fue retirado posteriormente de la lista.