Las autoridades de Roma se enfrentan a cometarios cruzados tras la instalación de una pasarela que rodea la Fontana di Trevi. Este sábado se inauguró una plataforma que permite a los visitantes acercarse más al monumento, a pesar de que está en proceso de restauración. Además, las autoridades están evaluando la posibilidad de implementar una entrada de pago en el futuro para mirar la fuente de cerca.
“La perspectiva es realmente espectacular”, defendió el alcalde romano, Roberto Gualtieri, quien sumó que la idea “permitirá un disfrute verdaderamente único, incluso durante estas importantes y necesarias obras de mantenimiento”. La pasarela permitirá que los turistas “sigan viniendo aunque haya obras” y se realiza un minucioso monitoreo de todas las personas que transitan por ella, insistió.
Asimismo, los primeros turistas en visitar el monumento este sábado destacaron que si bien habían “criticado mucho” la idea, al llegar se dieron cuenta de que era “una experiencia diferente, al permitir acercarse al famoso océano”. Es “impresionante estar tan cerca”, dijo Aída, de Azerbaiyán.
Sin embargo, entre los vecinos de la zona las opiniones son un tanto diferentes. Los comerciantes creen que esta estructura de metal podría dañar la pieza del Barroco romano, integrada en la fachada renacentista del Palazzo Poli, por lo que la iniciativa podría tener consecuencias serias.
“No estamos de acuerdo porque, como se puede ver, es muy feo y tenemos miedo que estropee la fuente”, dijo la dueña de una farmacia cercana, mientras otros se sintieron también “preocupados” por la falta de espacio para negociar con las autoridades. “Queremos más diálogo con el Ayuntamiento” y que se escuchen “las sugerencias que acercamos” ya que, si bien “es necesario hacer algo para contener el turismo, debe contar con el acuerdo de todos”, agregó la farmacéutica.
De todas formas, las autoridades también contemplaron otro factor para la instalación de la pasarela: el Ejecutivo local tiene en mente implementar un plan con el objetivo de regular la cantidad de visitantes que se acerquen al monumento por medio de un pago de dos euros para acceder a las escaleras que conducen hasta la fuente.
En adelante, el ingreso estará limitado a entre 100 y 130 personas, aunque la cifra podría variar con el correr de los días para analizar todos los escenarios.
La idea es “estudiar una mejor gestión de las filas de los grupos de turistas, evitar las constantes aglomeraciones” y conseguir un turismo “más responsable, lento y que respete la ciudad, y que los turistas tengan un recuerdo positivo”, sumó al respecto Alessandro Onorato, concejal de Turismo de Roma.
La Fontana di Trevi está desde el pasado 7 de octubre en labores de restauración que, según el Ayuntamiento, deberían concluir antes del próximo 24 de diciembre, cuando inicia el Jubileo, año santo en el que se espera que cerca de 30 millones de peregrinos lleguen a Roma. En medio de estas obras, también se colocó una especie de bañera para que los turistas puedan continuar con la tradición de lanzar una moneda, mientras la fuente está vacía, aunque también generó gran malestar.
No obstante, al término de las tareas, las dos plataformas serán desinstaladas.
(Con información de EFE)