Siguen saliendo a la luz nuevos relatos de los aficionados israelíes que fueron brutalmente atacados por grupos propalestinos el pasado jueves en Ámsterdam, tras un partido entre el Ajax y el Maccabi Tel Aviv.
Melhem Asad es un residente de la ciudad drusa de Kisra-Sumei, al norte de Israel, y seguidor del Maccabi Tel Aviv.
En diálogo con el Canal 12, contó detalles del ataque que sufrió la afición israelí el jueves por la noche, y contó cómo gritó en árabe a un grupo de agresores para impedir que atacaran a los seguidores judíos.
Según relató, los aficionados del Maccabi fueron escoltados por la policía al partido contra el Ajax debido a las manifestaciones antiisraelíes y pro palestinas, pero después del partido “la policía local simplemente cometió un error”.
“No nos vigilaron, nos sentimos muy expuestos”, afirmó.
Casi había logrado llegar a su hotel, ileso, cuando se topó con un grupo de personas que hablaban árabe y planeaban atacar a los aficionados del Maccabi. Según declaró a la cadena, trató de desorientarlos diciéndoles que “ya no había judíos aquí, que habían escapado”, y los envió en otra dirección.
“Hice todo lo posible para confundirlos”, declaró.
Después, corrió a buscar a un grupo de israelíes y les advirtió que había inmigrantes con intenciones de agredirlos. Les aconsejó quitarse las camisetas azules y amarillas para no ser reconocidos como seguidores del Maccabi.
Asad reconoció que la violencia que presenció días atrás le trajo el doloroso recuerdo del ataque terrorista de Hamas ocurrido el 7 de octubre del año pasado. “Siento que Dios me envió en el momento y lugar adecuado para salvar a quien fuera posible”, concluyó.
El viernes, horas después del brutal ataque, otros aficionados israelíes apuntaron contra el accionar de la policía holandesa.
“Fuimos a ver el Pizza New York y el vendedor holandés nos dijo que tuviéramos cuidado porque había muchos ataques musulmanes y nos ofreció tal vez un taxi, o escondernos en el restaurante hasta que todo esto terminara. Al final rechazamos su oferta porque el hotel estaba a 40 minutos a pie y fuimos al hotel y vimos muchas manifestaciones, mucha gente corriendo, fue realmente aterrador”, dijo Joni Pogrebetsky, de 24 años, un fanático israelí que viajó a Ámsterdam exclusivamente para presenciar el partido.
Y agregó: “(La policía) llegó muy tarde. Llegó cuando ya había mucha gente herida, lesionada, algunos de ellos probablemente llegaron al hospital. No sé si tienen información 100% segura de si llegaron a los hospitales, pero nadie puede comunicarse con ellos”.
Michael Asuss, de 59 años, quien acompañaba a Pogrebetsky y reside en Países Bajos, comentó: “No tenemos nada que ver con la guerra, venimos a apoyar al Maccabi Tel Aviv y no tenemos nada que ver”.
Ante estos sucesos, las autoridades neerlandesas expresaron vergüenza y condenaron lo ocurrido como actos de “antisemitismo”. Desde Israel, se calificó el episodio como un “grave ataque antisemita planeado”.
En su declaración, la alcaldesa Femke Halsema fue contundente: “Lo que pasó no tiene nada que ver con una manifestación. Fue un crimen. No hay ninguna excusa para lo que pasó”.
El ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Gideon Saar, pidió el viernes a las autoridades neerlandesas aplicar “castigos severos a los responsables” de los ataques, a los que calificó como “quizás el mayor ataque contra judíos en Europa” desde la Segunda Guerra Mundial.
A su llegada al Aeropuerto Schiphol de Ámsterdam, Saar aseguró que ofreció ayuda a las autoridades locales para “recopilar pruebas” de quienes “golpearon y humillaron a ciudadanos israelíes”. ”No quiero decirle al gobierno neerlandés cómo aplicar sus leyes, pero esperamos resultados”, señaló a la prensa.
Los disturbios dejaron 5 personas hospitalizadas, ya dadas de alta, y 62 detenidos, de los que diez siguen arrestados, incluidos dos menores de edad. Se les acusa de alteración del orden público, según el fiscal jefe de Ámsterdam, René de Beukelaer. Las personas puestas en libertad fueron multadas por lanzar fuegos artificiales o por insultos, entre otros.