La coalición de gobierno alemana colapsó durante la noche con la renuncia de los ministros que quedaban de los Demócratas Liberales, después de que el canciller alemán, Olaf Scholz, despidiera de manera dramática al ministro de Finanzas Christian Lindner, en un anuncio nocturno tras una maratón de reuniones de crisis.
Sin embargo, en otro giro inesperado de los acontecimientos, el ministro de Transporte Volker Wissing de los Demócratas Liberales retiró el jueves por la mañana su renuncia de la noche anterior y dijo a los reporteros en Berlín que, después de hablar con Scholz, había decidido permanecer como ministro y dejar el partido en su lugar.
En principio estaba previsto que Lindner recibiera el jueves por la tarde su certificado de despido de manos del presidente, Frank-Walter Steinmeier, y en ese caso era probable que se nombrase un sucesor a continuación para asegurar una transición suave. Los puestos de los ministros de Investigación y Justicia que renunciaron también podrían ocuparse el jueves, informó la agencia de noticias alemana dpa.
Scholz anunció el miércoles por la noche que buscaría un voto de confianza el 15 de enero que, dijo, podría llevar a elecciones anticipadas a partir de marzo, en lugar de en septiembre como estaba previsto.
El canciller había acusado a Lindner de romper su confianza y pedir públicamente una política económica fundamentalmente diferente, incluyendo lo que Scholz dijo que serían recortes de impuestos por miles de millones para unos pocos con grandes ingresos al tiempo que se recortaban las pensiones para todos los jubilados.
“Eso no es decente”, dijo Scholz.
Ahora los socialdemócratas de izquierda de Scholz liderarán en la práctica un gobierno minoritario con el socio que queda en la coalición, los ecologistas Verdes.
El canciller anunció el miércoles por la noche que hablaría con el líder del mayor partido opositor en el parlamento, Friedrich Merz, de los democristianos de centroderecha, para discutir posibles formas de fortalecer la economía y la defensa, y de aprobar legislación importante en el parlamento.
Pero el jueves por la mañana, Merz rechazó con rotundidad el plan de Scholz de esperar a enero para celebrar una votación de confianza. “La coalición ya no tiene mayoría en el Bundestag alemán, y por lo tanto llamamos al canciller (...) a convocar un voto de confianza de inmediato, o a más tardar a principios de la próxima semana”.
Merz dijo que entonces se podrían celebrar elecciones anticipadas a partir de enero. “Simplemente no podemos permitirnos tener un gobierno sin mayoría en Alemania durante varios meses ahora, y luego hacer campaña durante varios meses más, y luego posiblemente llevar a cabo negociaciones de coalición durante varias semanas”, agregó Merz.
En respuesta, Scholz dijo que mantendrá la fecha del próximo 15 de enero para someterse al voto de confianza.
“El Gobierno ahora hará su trabajo y los ciudadanos y ciudadanas podrán decidir de nuevo cómo seguirá la cosa”, dijo en un acto organizado por Telekom en Berlín, en su primera comparecencia pública tras anunciar la víspera la destitución de su ministro de Finanzas.
Impulsar nueva legislación y tapar el agujero de miles de millones de euros en el presupuesto de 2025 no sería nada fácil para los socialdemócratas de Scholz y los Verdes sin una mayoría en el parlamento.
El colapso de la coalición se produjo después de semanas de disputas entre los socios sobre cómo impulsar la economía debilitada del país.
La formación liberal de Lindner había rechazado subidas de impuestos o cambios en los estrictos límites autoimpuestos de Alemania sobre la acumulación de deuda. Los socialdemócratas de Scholz y los Verdes querían ver grandes inversiones estatales y rechazaron las propuestas de los Demócratas Liberales de recortar los programas de bienestar social.
El voto de confianza, una herramienta frecuente en la historia
Cuatro cancilleres en la historia de Alemania se han sometido hasta ahora a cuestiones de confianza por parte del Bundestag (cámara baja del Parlamento alemán), tres de ellos socialdemócratas.
El primero de ellos fue el Willy Brandt, que la perdió en 1972, lo que llevó a la disolución del Parlamento y a la convocatoria de elecciones anticipadas en las que su partido obtuvo con el 45,8 % de los votos el mejor resultado de su historia y reeditó su coalición con los liberales.
Diez años más tarde, hizo lo mismo su correligionario Helmut Schmidt, también debido a divergencias con sus socios de liberales. En este caso, el Gobierno sobrevivió, pero solo durante siete meses, para caer después a través de una moción de censura.
El cristianodemócrata Helmut Kohl, elegido jefe de Gobierno con los votos de conservadores y liberales, se sometió a un voto de confianza para poder refrendar su mandato con unas elecciones anticipadas, que ganó en marzo de 1983.
El socialdemócrata Gerhard Schröder recurrió a este mecanismo para lograr apoyos al envío de una misión a Afganistán en 2001, que sacó adelante, y, cuatro años después, para forzar elecciones anticipadas tras las protestas por sus reformas sociales y falta de apoyo a las mismas dentro de su propio partido.
Sin embargo, Schröder perdió ante los democristianos, liderados por Angela Merkel cuyo triunfo sin embargo no tuvo la dimensión que anunciaban la mayoría de las encuestas lo que llevó a que se formara una gran coalición con los socialdemócratas como socio minoritario.
(Con información de AP y EFE)