La ministra canadiense de Asuntos Exteriores, Mélanie Joly, exigió a Rusia la liberación inmediata de los niños y civiles ucranianos detenidos ilegalmente desde el inicio de la invasión a Ucrania en 2022.
Durante una conferencia internacional organizada en Montreal para promover un acuerdo de paz en Ucrania, Joly remarcó que el objetivo es consolidar un compromiso global que permita el retorno seguro de los menores ucranianos a sus familias.
“Vamos a necesitar países que hagan el papel de mediadores y países donde los niños puedan tener un lugar seguro de camino a sus hogares. Este puede ser el legado de nuestra conferencia”, afirmó.
Las cifras de las organizaciones de derechos humanos estiman que decenas de miles de niños han sido transferidos forzosamente a territorio ruso desde el inicio del conflicto, una acción que Joly calificó de inaceptable y contraria a las normas internacionales.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Noruega, Espen Barth Eide, condenó la falta de respeto de Rusia hacia los principios fundamentales del derecho humanitario internacional, incluidos aquellos establecidos en la Convención de Ginebra.
Eide destacó que, mientras Ucrania permite el acceso de observadores internacionales a los prisioneros de guerra, Rusia continúa restringiendo este derecho.
“Es una gran violación en sí misma, además de la otra violación que es el inicio de la guerra”, puntualizó.
Eide también abordó la retórica del Kremlin, que sigue calificando la invasión como una “operación militar especial”, negando así los derechos y protecciones internacionales para los civiles y combatientes ucranianos detenidos.
“Siendo muy poco diplomático, eso es basura. Es empíricamente una guerra en la que se aplican las normas. Así que para empezar bien, recordemos a Rusia que tiene obligaciones bajo la Convención de Ginebra”, añadió el ministro noruego, dejando claro que el incumplimiento de estas normas por parte de Rusia es una de las mayores preocupaciones de la comunidad internacional.
Destrucción de la identidad ucraniana
Una coalición de 61 organizaciones no gubernamentales ucranianas e internacionales ha publicado recientemente una carta denunciando que, además de la deportación forzosa de miles de menores ucranianos, Rusia controla actualmente a 1,5 millones de niños en las áreas ocupadas de Ucrania.
Estas organizaciones advierten que Moscú busca erradicar la identidad ucraniana de estos niños, a quienes obliga a adaptarse a un entorno y una cultura ajenos para ellos.
“Rusia pretende erradicar su identidad ucraniana y transformarles en enemigos de su propia nación”, señala la coalición.
El tema de los menores desplazados se ha convertido en uno de los puntos centrales del plan de paz que Canadá y Noruega buscan implementar, junto con el retorno seguro de los civiles detenidos y la reintegración de aquellos obligados a abandonar Ucrania.
Paralelamente a la conferencia en Montreal, un bombardeo ruso en la ciudad de Kharkiv dejó un saldo trágico. Un niño de 11 años murió tras sufrir heridas graves en la cabeza, según informó el gobernador, Oleg Sinegubov.
El ataque, realizado con una poderosa bomba aérea guiada, destruyó varios pisos del edificio alcanzado, generando una gran destrucción y poniendo en peligro la labor de los rescatistas que aún intentan encontrar a posibles víctimas bajo los escombros.
“La destrucción causada por la bomba aérea guiada del enemigo es bastante significativa”, aseguró Sinegubov, quien advirtió que podrían encontrarse más personas atrapadas.
(Con información de EFE y AFP)