El presidente ucraniano Volodimir Zelensky dijo que Occidente debería admitir que Rusia “ganó” en Georgia y que está en camino de hacer lo mismo en Moldavia, a menos que se abandone la retórica contra el cruce de las líneas rojas por parte de Moscú.
Las elecciones parlamentarias celebradas el sábado en Georgia se vieron empañadas por informes sobre irregularidades. La oposición impugnó su resultado y los aliados occidentales dijeron que debían investigarse las violaciones denunciadas. El partido prorruso en el Gobierno georgiano afirma que ha ganado.
“En Georgia tenemos que reconocer que ganó Rusia. Primero tomaron parte de Georgia, luego cambiaron la política, el Gobierno. Y ahora (Georgia) tiene un Gobierno prorruso”, dijo Zelensky en inglés en un video publicado este miércoles.
Otra antigua república soviética, Moldavia, vecina de Ucrania, celebrará la segunda vuelta de las presidenciales este domingo, después de que el candidato proeuropeo no obtuviera más del 50% de los votos.
La primera vuelta se celebró de forma simultánea con un referéndum sobre la consagración constitucional de las aspiraciones de Moldavia a ingresar en la Unión Europea, que se ganó por escaso margen.
Las votaciones en Georgia y Moldavia fueron seguidas de cerca en Occidente, y se consideraron en general como una elección sobre si los países tomarían un camino europeo o volverían a la órbita de Rusia.
Zelensky sugirió que Rusia está “en camino” de implantar en Moldavia un escenario similar al de Georgia.
“Y lo harán, si por supuesto Occidente no detiene el diálogo (contra) el cruce de líneas rojas. Si no paran, si continúan con su retórica, perderán Moldavia. Uno o dos años”, añadió Zelensky.
“Falsificación” electoral
Por otra parte, la Fiscalía de Georgia anunció este miércoles la apertura de una investigación por “presunta falsificación” de las recientes elecciones legislativas, en las que la oposición proeuropea acusó al partido gobernante de fraude.
Según la comisión electoral de este país caucásico, el partido Sueño Georgiano, en el poder desde 2012, se impuso en los comicios del domingo con un 53,9% de votos contra un 37,7% de la coalición opositora, que no reconoce estos resultados.
La Unión Europea, Estados Unidos y observadores internacionales expresaron dudas sobre la regularidad de la votación que, según el bando prooccidental, fue “robada”.
“La fiscalía georgiana ha abierto una investigación sobre la presunta falsificación de las elecciones legislativas”, dijo en un comunicado el ministerio público, que convocó el jueves a la presidenta del país, Salomé Zurabishvili, para declarar. La jefa de Estado, enfrentada al gobierno y crítica con los resultados, “puede tener pruebas sobre una eventual falsificación”, explicó la fiscalía.
A raíz de las denuncias de fraude, la comisión electoral comenzó el martes un recuento parcial de sufragios en un 14% de los centros de votación.
En una entrevista el lunes con la agencia de noticias AFP, la presidenta georgiana denunció métodos “sofisticados” de fraude que siguen una “metodología rusa”, como la “compra de votos” o “presiones” a los electores.
El portavoz de la Presidencia de Rusia, Dmitri Peskov, rechazó esas acusaciones, que tachó de “infundadas”, y negó cualquier injerencia de Moscú en el proceso electoral.
La oposición acusa a Sueño Georgiano de una deriva autoritaria prorrusa y de alejar a la antigua república soviética del objetivo, inscrito en su Constitución, de unirse a la UE y a la OTAN.
(Con información de AFP y Reuters)