La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó este lunes que un ataque de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de Sudán provocó el desplazamiento de 46,700 personas y resultó en “graves violaciones de los derechos humanos”.
En su comunicado, la OCHA afirmó que entre el 20 y el 25 de octubre, las FAR lanzaron varios ataques en los que “dispararon a civiles y cometieron actos de violencia sexual contra mujeres y niñas”, además de “saquear e incendiar propiedades”, lo que provocó una “devastación generalizada”.
Los paramilitares de Sudán mataron el viernes al menos 124 personas en un pueblo del estado de Al Jazirah, según denunciaron activistas. Este ataque se ha convertido en uno de los más letales en los 18 meses de conflicto que atraviesa el país.
El incidente se produjo tras la rendición de Abuagla Keikal, alto oficial de las RSF, ante el Ejército de Sudán el domingo pasado. Activistas denunciaron que, tras su entrega, los paramilitares intensificaron los ataques en el estado de Al Jazirah, causando muertes, detenciones de civiles y el desplazamiento de miles de personas.
“Habitantes de al menos 30 localidades fueron objeto de agresiones físicas y amenazas, lo que provocó que miles huyeran de sus hogares en busca de seguridad”, declaró la organización.
La Unidad para Combatir la Violencia contra las Mujeres de Sudán informó haber recibido denuncias de abusos por parte de soldados de las RSF en aldeas de Al Jazirah. Según el comunicado, los soldados habrían utilizado la violación de mujeres como herramienta de guerra para humillar a los hombres y forzar el desplazamiento de la población local.
Por otro lado, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, advirtió este lunes sobre las “pesadillas” que enfrentan millones de personas en Sudán debido al conflicto interno, que ha generado la mayor crisis mundial de desplazamientos y ha dejado a cientos de personas en situación de hambre.
“El sufrimiento aumenta día a día y casi 25 millones de personas necesitan ayuda”, declaró Guterres ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, donde detalló los horrores que padecen los sudaneses: desplazamientos, violencia sexual, hambre, enfermedades y condiciones climáticas extremas.
El secretario general denunció que más de 750.000 personas están en riesgo de inseguridad alimentaria catastrófica, especialmente en las áreas con alta concentración de desplazados. Estas personas también enfrentan brotes de enfermedades causadas por la falta de salubridad, como cólera, malaria, dengue, sarampión y rubéola.
Además de las secuelas de los combates, Sudán enfrenta un “clima extremo” que ha afectado a casi 600.000 personas debido a fuertes lluvias e inundaciones este verano.
“Sudán se está convirtiendo, una vez más, rápidamente en una pesadilla de violencia étnica masiva”, advirtió Guterres.
El secretario de la ONU explicó que el éxito de cualquier iniciativa depende de un compromiso real de las partes en conflicto para acordar un alto el fuego. Sin embargo, lamentó que, en lugar de avanzar hacia la paz, están intensificando los ataques con el respaldo de potencias extranjeras que “están echando más leña al fuego”.
Guterres advirtió que este conflicto podría ser el preludio de una crisis aún mayor, señalando un panorama de inestabilidad que se extiende desde el Sahel hasta el Cuerno de África y el mar Rojo.
Además de un alto el fuego total y pausas humanitarias, Guterres pidió que la comunidad internacional incremente la diplomacia y la colaboración con organizaciones regionales, y, sobre todo, mantenga el flujo de fondos para implementar programas y distribuir ayuda humanitaria.
“Nuestro llamamiento humanitario de 2.700 millones de dólares está financiado solo en un 56 por ciento, y el nivel de financiación para el plan regional de respuesta a los refugiados es aún más insuficiente”, señalo el secretario de la ONU.
(Con información de Europa Press, EFE y Reuters)