El supuesto envío de tropas norcoreanas a Ucrania deja a Beijing en una situación incómoda y pone en duda la histórica ascendencia sobre Pyongyang de China, que desde que comenzó la invasión rusa ha mantenido una posición ambigua pero también una llamada permanente a la desescalada y el diálogo.
El Pentágono calcula que Corea del Norte ha mandado unos 10.000 soldados en tren al este de Rusia, mientras que Seúl ha asegurado este martes que algunas tropas norcoreanas y oficiales de alto rango podrían estar trasladándose ya al frente.
Seúl sostiene que la cooperación militar Pyongyang-Moscú es ilegal y un peligro para el mundo, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha afirmado que el despliegue supone “una escalada significativa en la implicación de Corea del Norte en la guerra ilegal de Rusia”, “otra violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU” y “una peligrosa expansión del conflicto”.
Mientras, Beijing mira hacia otro lado: la prensa oficial no ha recogido ninguna noticia sobre la presencia de militares norcoreanos combatiendo en las filas rusas y el portavoz de Exteriores Lin Jian volvió a asegurar hoy “no estar al corriente” de los hechos.
Lin, al igual que el pasado viernes, señaló en una rueda de prensa que la posición de China sobre la “crisis” en Ucrania es “clara y coherente” y expresó su deseo de que “todas las partes impulsen una desescalada y se comprometan con una solución política”.
“Esta respuesta es lo esperado. Por una parte, porque a China no le gusta comentar sobre los ‘asuntos internos’ de otros países. Por otra, porque no le interesa que se la vea involucrada en la guerra”, comenta a EFE el académico Liu Dongshu, profesor de relaciones internacionales en la Universidad de la Ciudad de Hong Kong.
La paciencia de Beijing con Pyongyang, a prueba
El experto cree que Pyongyang ha tomado la decisión “para distanciarse de China”, con lo que “necesitaba un nuevo aliado” como el presidente ruso, Vladímir Putin.
“La relación entre China y Corea del Norte no pasa por su mejor momento y no sería sorprendente que siguiera deteriorándose tras el envío de tropas”, señala.
China es todavía el principal socio estratégico y comercial de Corea del Norte, país con el que comparte una frontera de más de 1.400 kilómetros, pero en los últimos años se cree que las relaciones bilaterales se han enfriado, coincidiendo precisamente con el fuerte acercamiento entre Pyongyang y Moscú.
Y aunque ambos países celebran en 2024 su “año de amistad” con motivo del 75º aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas, los intercambios bilaterales en este año han sido extrañamente limitados.
“A China no le debe estar sentando muy bien que Corea del Norte envíe tropas a Rusia. Es algo que complica aún más la situación en Ucrania y supone otro acercamiento entre Corea del Norte y Rusia que podría ir contra los intereses de China, especialmente si Pyongyang se vuelve más agresiva en lo militar y en lo diplomático gracias al apoyo de Rusia”, argumenta Liu.
En otras palabras, China no desea una Corea del Norte descontrolada sino “una situación pacífica y de bajo perfil” en la península coreana, donde Beijing, según sus portavoces, tiene como imperativo “evitar una intensificación del conflicto”.
Además, Beijing tampoco quiere echar más leña al fuego en la guerra europea, sobre la que ha mantenido una postura ambigua pidiendo al mismo tiempo respeto para “la integridad territorial de todos los países”, incluida Ucrania, y atención para las “legítimas preocupaciones de todos los países”, en referencia a Rusia.
“China no quiere que se la acuse de ayudar a Rusia y tampoco quiere que se la culpe de no poder controlar a Corea del Norte. Así que sería justo decir que, al menos de manera indirecta, el envío de tropas no es bueno para Beijing”, agrega el analista.
La noticia sobre el envío de tropas llegó además mientras el líder chino, Xi Jinping, le echaba un cable a Putin en la última cumbre de los BRICS al defender su “inquebrantable” amistad con Rusia “pese a la turbulenta situación internacional”.
Liu destaca que “las tensiones entre China y el mundo occidental continuarán” porque Xi no ha dejado de profundizar sus lazos con Moscú ignorando las llamadas para que usase su influencia sobre Putin para contribuir a terminar la guerra.
“La realidad es que China no desea ninguna escalada pero tampoco va a hacer mucho más allá de coordinar alguna negociación como ha hecho en los últimos meses, hasta el momento, sin éxito”, remata el académico.
(Con información de EFE)