El otro Ejército del régimen sirio que opera en Medio Oriente alimentando el narcotráfico

Desde 2011, las infraestructuras estatales se han transformado en un aparato de producción y tráfico de estupefacientes, con fábricas y laboratorios en distintas partes del país que funcionan bajo el amparo de la Cuarta División Blindada, una unidad de élite del ejército comandada por Maher al-Assad, el hermano del dictador Bashar Al-Assad

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El dictador sirio, Bashar al-Assad (REUTERS/ARCHIVO)
El dictador sirio, Bashar al-Assad (REUTERS/ARCHIVO)

La producción y tráfico de captagon, una droga psicoestimulante que genera ingresos multimillonarios, se ha convertido en una pieza clave para financiar a milicias y grupos armados en Medio Oriente, facilitando el avance de actores terroristas como Hezbollah y el régimen de Bashar al-Assad.

De acuerdo con una publicación reciente del Wall Street Journal, el tráfico de captagon no solo es una fuente de ingresos, sino también una herramienta de influencia que les permite desafiar sanciones internacionales y sostener sus operaciones militares.

Hezbollah, la milicia chií respaldada por Irán y uno de los principales aliados del régimen sirio, ha canalizado fondos del narcotráfico hacia la compra de armamento y tecnología militar avanzada. Estos ingresos permiten al grupo financiar su expansión y mantener posiciones estratégicas en su conflicto prolongado con Israel. Según informes de inteligencia revelados por Sune Engel Rasmussen en el WSJ, Hezbollah ha construido una red de logística y transporte en las regiones fronterizas de Líbano y Siria, utilizando su control en el valle de la Bekaa —un bastión histórico del grupo— como centro neurálgico para la producción y distribución de captagon.

Bashar al-Assad, enfrentado a una guerra civil que ha devastado la economía siria y sometido a sanciones de Occidente, ha recurrido al comercio de captagon para llenar las arcas de su régimen. Desde el inicio de la guerra en 2011, las infraestructuras estatales se han transformado en un aparato de producción y tráfico de estupefacientes, con fábricas y laboratorios en distintas partes del país que funcionan bajo el amparo de la Cuarta División Blindada, una unidad de élite del ejército comandada por Maher al-Assad, el hermano del presidente. Fuentes de inteligencia árabes y occidentales señalan a esta división como responsable de controlar no solo la fabricación del captagon, sino también de organizar rutas seguras para su transporte a lo largo de las fronteras.

Según el WSJ, esta red de producción y distribución ha permitido que el captagon fluya desde Siria hacia Jordania y otras naciones del Golfo, donde la demanda de esta droga estimulante ha ido en aumento. El captagon se consume en una amplia variedad de entornos sociales, desde trabajadores de turnos nocturnos que buscan mantenerse alerta hasta ejecutivos que desean prolongar horas de trabajo o fiesta. Esta expansión del consumo ha sido acompañada por una sofisticación en las técnicas de contrabando: desde el uso de catapultas y drones para lanzar pastillas sobre los muros fronterizos hasta la contratación de mujeres y niños como “mulas” que esconden la droga en zapatos o en la ropa.

Captagon: la droga que transforma a siria en epicentro de producción en medio oriente

A pesar de la postura oficial de Siria, que niega cualquier implicación en el tráfico de captagon, múltiples informes y sanciones de Estados Unidos y otros organismos internacionales han señalado al régimen de Assad como un actor central en esta actividad ilícita. En octubre, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos impuso sanciones a tres figuras clave del tráfico de captagon, incluyendo al propietario de una planta en Siria que supuestamente envió píldoras valoradas en más de 1.500 millones de dólares a Europa ocultas en materiales industriales. Este tráfico hacia Europa subraya la expansión global de la red de captagon y la creciente preocupación de las autoridades europeas, que han identificado varios puertos y rutas de tránsito en el continente.

La industria del captagon se ha convertido en una fuente vital de ingresos para el régimen de Assad, a tal punto que se estima que aporta alrededor de 2.400 millones de dólares anuales, lo que representa una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) de Siria. Esta dependencia financiera es tal que, según el coronel Farid al-Qassem, un desertor sirio que combatió en la guerra civil contra Assad y actualmente colabora con las tropas estadounidenses en Siria, “el régimen sigue dependiendo plenamente del captagon. No pueden operar sin estas drogas”.

El tráfico de captagon también implica el uso de tácticas violentas y la cooperación con redes criminales internacionales. La Cuarta División Blindada coordina con Hezbolá y otros intermediarios en el Líbano para garantizar el paso seguro de los cargamentos y facilitar la logística de distribución en el sur de Siria y hacia otras zonas de conflicto. Para asegurar esta actividad, la red de tráfico cuenta con la protección de elementos armados y utiliza métodos cada vez más sofisticados, incluyendo vehículos blindados, vigilancia aérea y dispositivos de comunicación avanzados.

Las Fuerzas Armadas de Jordania atraparon una paloma en una base del ejército que tenía droga adherida a sus patas (Fuerzas Armadas de Jordania)
Las Fuerzas Armadas de Jordania atraparon una paloma en una base del ejército que tenía droga adherida a sus patas (Fuerzas Armadas de Jordania)

A nivel regional, la propagación de captagon ha derivado en un problema de seguridad nacional para los países vecinos, especialmente Jordania y Arabia Saudita, que han intensificado sus controles y operativos en las fronteras. El gobierno jordano ha implementado una política de disparar a matar contra contrabandistas y ha desplegado alrededor de un tercio de su ejército en la frontera para frenar el flujo de drogas y armas desde Siria. Sin embargo, las tácticas de los contrabandistas evolucionan constantemente, lo que hace difícil detener la afluencia de drogas.

Impacto en Europa y Estados Unidos

El comercio de captagon ha evolucionado hasta convertirse en una industria ilegal de alcance global, extendiéndose desde las fronteras de Siria hasta Europa y, potencialmente, Estados Unidos. Este tráfico multimillonario no solo sustenta a milicias como Hezbollah y al régimen sirio de Bashar al-Assad, sino que ha comenzado a provocar serias alarmas en países europeos y en Washington debido a sus repercusiones en la seguridad y la salud pública.

Europa ha pasado de ser un mero punto de tránsito a convertirse en un mercado y centro de redistribución del captagon hacia otras partes del mundo, particularmente hacia el Golfo Pérsico. Los cargamentos, que a menudo son ocultados en productos industriales como rollos de papel o materiales para la construcción, han sido incautados en países como Italia y Grecia, mientras que las autoridades en Países Bajos y Alemania han detectado y desmantelado laboratorios de producción de captagon en sus territorios. Estas operaciones han revelado la creciente presencia de redes de tráfico internacionales que operan dentro de la Unión Europea, utilizando infraestructura local para la producción y reempaque de las pastillas antes de su envío.

Un video recuperado de un contrabandista mostró un drone que transportaba drogas desde Siria hacia la frontera jordana (Fuerzas Armadas de Jordania)

En agosto de 2023, un tribunal alemán inició el juicio contra cuatro hombres arrestados tras la incautación de cientos de kilos de tabletas de captagon, con un valor estimado de 60 millones de dólares, en lo que ha sido la mayor operación contra esta droga en suelo alemán. Estas redes europeas de distribución representan una preocupación para las autoridades, ya que muestran la adaptación de los traficantes a las restricciones aduaneras y de seguridad, utilizando tanto rutas comerciales legítimas como métodos clandestinos, como envíos en compartimientos ocultos en contenedores marítimos.

La creciente incidencia del tráfico de captagon en Europa ha llevado a las autoridades a intensificar los controles fronterizos y los operativos en puertos clave del Mediterráneo y del norte de Europa. Caroline Rose, del New Lines Institute, le explicó al WSJ como la red de captagon tiene una estructura cada vez más profesional y sofisticada.

“Es probable que el captagon se introduzca en Europa y, posiblemente, también en los mercados estadounidenses. Esto es algo que no habría dicho hace uno o dos años”, afirmó Rose, quien observa cómo esta droga, junto con la metanfetamina, podría expandirse hacia nuevos mercados a medida que los traficantes amplían su alcance.

Estados Unidos, en respuesta al impacto regional del captagon y a la posible expansión hacia su propio territorio, ha tomado medidas para combatir el tráfico en colaboración con sus aliados en Medio Oriente. En diciembre de 2022, el presidente Joe Biden promulgó la Ley Captagon, una legislación que instruye al gobierno a desarrollar estrategias específicas para desmantelar las redes de contrabando de esta droga en coordinación con fuerzas de seguridad locales en Jordania, Arabia Saudita y otros países árabes afectados. La ley también prevé la imposición de sanciones más severas a los actores involucrados en la producción y tráfico de captagon, incluyendo figuras claves dentro del régimen sirio y en organizaciones aliadas como Hezbollah.

Captagon supone aproximadamente una cuarta parte del PIB sirio, vital para la economía del régimen de Assad
Captagon supone aproximadamente una cuarta parte del PIB sirio, vital para la economía del régimen de Assad

La preocupación de Washington por el captagon no solo reside en el impacto social y económico en Medio Oriente, sino también en los riesgos de seguridad asociados al financiamiento de grupos armados. Según el WSJ Funcionarios estadounidenses temen que las redes de tráfico de captagon no solo financien a Hezbollah, sino que también permitan un flujo constante de recursos para el contrabando de armas iraníes hacia facciones palestinas en Cisjordania. Esta conexión representa un riesgo directo para la estabilidad de la región y una posible amenaza indirecta para los intereses de seguridad de Estados Unidos y sus aliados.

A medida que las operaciones de captagon se diversifican y cruzan fronteras, los riesgos para Europa y Estados Unidos aumentan, con un potencial impacto en los sistemas de salud pública y en la seguridad nacional. El captagon, con sus características estimulantes y el bajo costo de producción, ha encontrado en el tráfico internacional un mercado lucrativo. Esto supone un desafío tanto para las naciones de Medio Oriente como para las potencias occidentales, que buscan evitar que esta droga se instale en sus propios territorios y contrarrestar su expansión hacia un mercado global.

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