UNICEF y ACNUR advirtieron que millones de personas “necesitan ayuda desesperadamente” en Sudán

Las agencias denunciaron que alrededor de 500.000 sudaneses enfrentan una amenaza inminente de muerte por inanición

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Según las oficinas de la
Según las oficinas de la ONU, este año 3,7 millones de niños menores de cinco años sufrirán desnutrición aguda grave (AFP)

La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) y el fondo de la ONU para la infancia, UNICEF, advirtieron este viernes en un comunicado conjunto sobre la “espiral de la crisis en Sudán”, donde millones de personas “necesitan ayuda desesperadamente” debido a un conflicto que ha desplazado a más de once millones de personas.

En una declaración conjunta, Raouf Mazou, el alto comisionado adjunto de la ACNUR para operaciones, y Ted Chaiban, el director ejecutivo adjunto de UNICEF, denunciaron que cerca de trece millones de sudaneses enfrentaban “niveles agudos de inseguridad alimentaria”, según informó la ONU.

“Catorce regiones del país están al borde de la hambruna, y en el Zamzam, en el norte de Darfur, ya se han confirmado condiciones de hambruna”, agregó la organización, en referencia a la amenaza de muerte por inanición, que ya afecta a unas 500.000 personas en el campamento.

Según las oficinas de la ONU, este año 3,7 millones de niños menores de cinco años sufrirán desnutrición aguda grave. “Si no se les atiende pronto, estos niños tienen once veces más probabilidades de morir de enfermedades prevenibles que otros niños sudaneses en mejor estado de salud”, advirtieron.

Niños huérfanos y separados de
Niños huérfanos y separados de sus padres en Kadugli (Thomas Mukoya para REUTERS)

Por ello, subrayaron que es fundamental “simplificar y agilizar los procedimientos de aprobación de los envíos de ayuda y del personal”, como, por ejemplo, facilitar el acceso a través de las líneas fronterizas.

“Los aliados humanitarios deben poder garantizar la entrega eficaz y eficiente de suministros y ayuda humanitaria a las personas que lo necesitan”, recalcaron, añadiendo que tanto el Gobierno de Sudán como las demás partes en el conflicto “deben evitar requisitos administrativos complicados y facilitar la entrega de suministros sin demora a las comunidades afectadas”.

La guerra en Sudán empezó el 15 de abril de 2023, tras una serie de enfrentamientos entre el Ejército y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), debido a desacuerdos sobre la integración de este grupo paramilitar en las Fuerzas Armadas. Estas fricciones marcaron el colapso del proceso de transición que había iniciado en 2019 tras la destitución de Omar Hasán al-Bashir, quien había gobernado Sudán durante tres décadas.

El origen de esta crisis se remonta a las protestas multitudinarias que llevaron a la caída de al-Bashir, lo cual permitió la formación de un gobierno de transición con un frágil equilibrio entre civiles y militares. No obstante, este proceso se rompió en 2021, cuando un golpe militar encabezado por el general Abdel Fattah al-Burhan puso fin al gobierno de transición y exacerbó las tensiones entre el Ejército y las RSF, que finalmente derivaron en un conflicto abierto en 2023.

Soldados sudaneses de la unidad
Soldados sudaneses de la unidad de Fuerzas de Apoyo Rápido (AP Foto/Hussein Malla, Archivo)

La lucha en Sudán ha desbordado en masacres, ataques indiscriminados y abusos contra los derechos humanos, con el conflicto especialmente cruento en Darfur, donde la violencia étnica y los ataques contra la población civil han sido devastadores. La comunidad internacional ha intentado intervenir, pero los esfuerzos de paz y las sanciones impuestas han tenido un éxito limitado debido a la complejidad de las facciones involucradas y la falta de cohesión política en Sudán.

A medida que las hostilidades continúan, se teme que el conflicto pueda desestabilizar aún más la región, con repercusiones en países vecinos como Chad, Egipto y Sudán del Sur, y con posibles implicaciones en la seguridad de la región del Cuerno de África.

(Con información de Europa Press)

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