Marine Le Pen, líder de la ultraderecha francesa, adoptó una postura ofensiva durante el tercer día de interrogatorios en su juicio por la presunta financiación ilegal de su partido con fondos del Parlamento Europeo. Le Pen afirmó que está siendo acusada “sin pruebas” concretas.
Ninguno de los tres asistentes parlamentarios que tuvo en sus años como diputada en Bruselas y que figuran en la acusación pudo dar muestras claras de su trabajo, llevando a la política y abogada francesa a reclamar “contrario al derecho de la defensa verse obligada a demostrar que se es inocente”.
“Es la acusación la que debería aportar la prueba del delito que nos reprocha, yo no puedo aportar la prueba de que soy inocente”, dijo Le Pen ante el tribunal, en el que mantuvo un intenso debate con la presidenta, Bénédicte de Perthuis.
Marine Le Pen enfrenta posibles penas de hasta diez años de prisión e inhabilitación, lo que podría poner en riesgo su candidatura presidencial para 2027. En su defensa, la líder de la extrema derecha retomó su estrategia inicial, argumentando que está siendo sometida a un proceso político debido a sus posturas críticas en Bruselas.
“¿Cómo pueden pedirme documentos de hace tantos años? De 2009. Yo no guardo nada, tendría que construirme un castillo si lo guardara todo. No veo el interés”, expresó la política en respuesta a la solicitud de documentos que acrediten el trabajo parlamentario de Guillaume L’Huillier.
L’Huillier fue el tercer asistente de Le Pen en comparecer ante el tribunal en los últimos días. El acusado cobró durante años como asistente parlamentario de varios eurodiputados del Frente Nacional (ahora Agrupación Nacional), y al mismo tiempo, ocupaba el cargo de director de gabinete de Jean-Marie Le Pen.
La acusación considera que esta doble función es otro indicio de que apenas realizó trabajo en la Eurocámara.
L’Huillier afirmó no tener los documentos solicitados, al igual que lo hicieron el día anterior Catherine Griset, su ex jefa de gabinete, y su guardaespaldas Thierry Légier el lunes.
Para Patrick Maisonneuve, abogado del Parlamento Europeo, la falta de cualquier documento que acredite el trabajo es, en sí misma, una prueba de que no hubo actividad real para la Eurocámara. “En realidad, trabajaban para el partido”, reiteró el letrado de la acusación particular.
Por lo contrario, el abogado de la acusada, Rodolphe Bosselut, afirmó que los testimonios presentados hasta ahora demuestran “la debilidad de la acusación” y resaltan la falta de una base sólida en el caso contra su cliente.
“Hay un problema de fondo, la acusación no está fundada sobre elementos factuales, no está fundamentada en nada. Y por eso es una presunción de culpabilidad”, reiteró ante los medios Le Pen, que consideró que se está “haciendo un juicio a la política”.
“¿Está prohibido ser asistente parlamentario y tener un compromiso político?”, exclamó haciendo referencia a sus asistentes, a quienes describió como peones de un ideal que va más allá de un simple trabajo parlamentario.
La líder, quien ha sido candidata al Elíseo en tres ocasiones y finalista en las dos últimas elecciones presidenciales, sostiene que tras la acusación hay “un proceso a la libertad parlamentaria”.
El abogado del Parlamento Europeo no comparte la visión de la acusada y espera que en los próximos días se presenten pruebas que demuestren que ella organizó un esquema en el cual los empleados del partido fueron pagados con fondos provenientes de Bruselas.
“No hay nada que muestre que fueron asistentes parlamentarios porque en realidad trabajaban para el partido”, reiteró Maisonneuve, quien agregó que “en los próximos días llegarán otras pruebas en el terreno de la complicidad, de la organización y de la centralización” del sistema.
El proceso judicial, que aún tiene un mes por delante, ahora ha entrado a una fase más técnica y menos mediática.
(Con información de EFE)