Los estados miembros de la Unión Europea acordaron este miércoles aportar hasta 35.000 millones de euros al préstamo de 50.000 millones de dólares (46.500 millones de euros) para Ucrania pactado por los socios del G7 y que se financiará con los intereses de los activos rusos congelados por las sanciones para contribuir a la recuperación del país.
El paquete acordado a nivel de embajadores, que aún deben refrendar los ministros y el Parlamento Europeo, incluye un préstamo excepcional de asistencia macrofinanciera de hasta 35.000 millones de euros —cuya cuantía podrá mermar una vez se conozca el resto de contribuciones— y un mecanismo de cooperación que ayudará a Ucrania a reembolsar hasta 45.000 millones de euros proporcionados por la UE y los socios del G7.
Sin embargo, Hungría todavía bloquea el cambio para ampliar de seis a 36 meses el periodo de aplicación de las sanciones, que mantienen congelados los activos del Banco Central de Rusia.
La propuesta para ampliar la vigencia de las sanciones que mantienen congelados los activos rusos responde a la dificultad añadida que implica su renovación semestral, puesto que su aprobación está sujeta a la unanimidad del Consejo, lo que preocupa a algunos Estados miembro ante la posibilidad de países como Hungría de bloquear el acuerdo y descongelar los activos, lo que cortaría el flujo financiero.
Por su parte, Hungría, que ostenta la presidencia semestral del Consejo, ha pedido retrasar la decisión para ampliar el periodo de aplicación de las sanciones hasta noviembre, una vez se conozcan los resultados de las elecciones en Estados Unidos.
“Creemos que la prolongación de las sanciones rusas debe decidirse después de las elecciones en Estados Unidos porque tenemos que ver qué dirección tomará la administración”, explicó este martes el ministro húngaro de Economía, Mihály Varga, para quien pueden salir de los comicios “dos caminos absolutamente diferentes: uno hacia la paz y otro hacia la guerra”.
Orbán exige mano dura en migración y cambiar el enfoque en Ucrania
Por otra parte, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, exigió a la Unión Europea mano dura en materia de migración y que cambie el enfoque en Ucrania si no quiere una derrota de Kiev, en el tenso debate en el Parlamento Europeo en el que el rifirrafe con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y los eurodiputados ecplisó la discusión sobre las prioridades de la presidencia húngara del Consejo.
El dirigente magiar llegó a la cita de este miércoles en la Eurocámara marcando línea antimigratoria y defendiendo en la víspera su viaje a Rusia para intentar forzar un alto el fuego en Ucrania en una rueda de prensa que se prolongó dos horas. El debate en Estrasburgo tiene lugar con meses de retraso por las tensiones entre Bruselas y Budapest y frente a una institución que, en la legislatura pasada, expresó en varias ocasiones su preocupación por la deriva antidemocrática.
Ciñéndose a los temas que Budapest quiere promover en el semestre europeo, Orbán ha empezado defendiendo ante los eurodiputados que la UE debe ayudar a sus Estados miembros a proteger las fronteras externas frente a la presión migratoria.
(Con información de Europa Press)