Yahya Sinwar, arquitecto de los ataques del 7 de octubre de 2023 en Israel, ha impulsado a Hamas hacia un camino más violento. Según el diario The Wall Street Journal, fuentes de inteligencia árabes señalaron que, tras asumir el control total del grupo terrorista palestino el pasado mes de agosto, Sinwar ordenó reanudar los atentados suicidas, una práctica que Hamas había abandonado hace dos décadas. Recientemente un miliciano palestino intentó detonar una bomba en Tel Aviv, lo que fue interpretado como una clara señal del nuevo rumbo de Hamas bajo el liderazgo de Sinwar.
Hamas había dejado de emplear atentados suicidas luego de que estos no lograran concesiones del gobierno israelí y generaran temor a que el grupo se convirtiera en un paria político. Sin embargo, con Sinwar al mando, no hubo voces dentro del grupo que se opusieran a su decisión de retomar estas tácticas, según las mismas fuentes.
Sinwar ha sido líder de Hamas en Gaza durante años, y en agosto de 2024, asumió el control del buró político tras la muerte de su predecesor, Ismail Haniyeh, en un ataque israelí en julio. Esto fue el resultado de una lucha interna dentro de Hamas entre dos facciones: los más radicales, como Sinwar, que ven la violencia contra civiles como un medio necesario para desestabilizar a Israel, y los que buscan mantener cierta legitimidad política. Con el ascenso de Sinwar, la facción más violenta prevaleció, a medida que el grupo se enfrentaba a una creciente presión militar israelí en Gaza.
Mientras Israel prepara una ofensiva terrestre en el Líbano tras la muerte del líder de Hezbollah, las conversaciones para un alto el fuego en Gaza parecen estancadas. Internamente, Sinwar ha criticado a los líderes de Hamas en Qatar, como Haniyeh y Khaled Meshaal, por vivir en condiciones cómodas y distanciados del conflicto. Esta división interna se ha vuelto más evidente, con Sinwar adoptando una postura más radical y despectiva hacia los llamados “hombres de los hoteles” en Doha.
Bajo el liderazgo de Sinwar, Hamas ha mostrado una cara más violenta y fundamentalista. Matthew Levitt, del Washington Institute, explicó al Wall Street Journal que la organización terrorista ha adoptado una línea más clara y dura con Sinwar al mando. Enfrentamientos recientes, como dos ataques con armas de fuego en Tel Aviv y Beersheba que dejaron varios muertos, muestran la escalada de violencia bajo su liderazgo.
La rivalidad entre Sinwar y Haniyeh comenzó en 2017, cuando ambos ascendieron a posiciones clave en Hamas. Haniyeh buscaba proyectar una imagen de legitimidad política para mantener relaciones con los estados árabes, mientras que Sinwar, tras pasar muchos años en prisiones israelíes, se inclinaba por una estrategia militar más agresiva. Esta tensión se profundizó en julio de 2023, cuando Sinwar evitó asistir a una reunión en Egipto para reunificar a las facciones palestinas, temiendo que la facción de Haniyeh intentara desplazarlo.
El ataque del 7 de octubre en Israel, en el que murieron más de 1.200 personas, incluidas mujeres y niños, y alrededor de 250 fueron secuestradas, fue planeado por Sinwar. La operación tomó por sorpresa incluso a los líderes políticos de Hamas en Doha, quienes aunque elogiaron públicamente el ataque, comenzaron a criticar en privado a Sinwar, describiéndolo como un “megalómano”. Haniyeh y Meshaal, en especial, lo han tachado de amateur en política, según diversas fuentes.
La invasión terrestre de Israel en Gaza ha desmantelado gran parte de la estructura militar de Hamas, y su liderazgo político ha comenzado a dialogar con otras facciones palestinas sobre una posible reconciliación, sin consultar a Sinwar. Haniyeh ha mostrado disposición a desmilitarizar la franja y presionar por un alto el fuego, lo que ha generado tensiones con Sinwar, quien los ha calificado de “vergonzosos” por sus acciones.
Sinwar ha criticado abiertamente a los líderes de Hamas en Doha, refiriéndose a ellos como “los hombres de los hoteles”, por su estilo de vida alejado del conflicto. Cuando los avances del ejército israelí se estancaban, Sinwar se sentía más confiado de que la presión internacional obligaría a Israel a un alto el fuego, permitiendo que Hamas permaneciera intacto. Sin embargo, Haniyeh fue asesinado en julio de 2023 en un atentado en Irán, lo que aceleró la lucha interna por el liderazgo de Hamas. Finalmente, Sinwar fue ratificado como líder del grupo, con el respaldo de las Brigadas Izz ad-Din al-Qassam, el ala militar de Hamas.
Sinwar ha sido parte de Hamas desde sus inicios en la década de 1980 y ha tenido un rol destacado en la violencia del grupo. En su juventud, creó una fuerza de seguridad interna llamada Al-Majd, que ejecutaba públicamente a informantes palestinos que colaboraban con Israel. Fue encarcelado en 1988 por estrangular a un colaborador y enterrar vivo a otro. Esta brutalidad fue defendida por Sinwar como un mal necesario para combatir a Israel.
En los años 90, las Brigadas al-Qassam comenzaron a emplear atentados suicidas para sabotear los acuerdos de paz entre israelíes y palestinos. Estos ataques, aunque eficaces en causar terror, generaron divisiones internas dentro de Hamas y entre la comunidad internacional, debilitando el apoyo a la causa palestina. Sinwar, sin embargo, defendió estos atentados, considerándolos una forma de guerra psicológica contra Israel. Aunque Hamas dejó de realizar estos ataques en la década de 2000, Sinwar ha retomado ahora esa estrategia.
Con su ascenso al liderazgo en agosto, Sinwar cuenta con el apoyo del ala militar de Hamas. Según analistas, su estrategia parece ser sobrevivir a la ofensiva israelí en Gaza y posicionarse como el líder de la causa palestina, con el objetivo final de eliminar a Israel. En cartas enviadas a Hezbollah y a los hutíes de Yemen, Sinwar ha expresado su disposición para una guerra prolongada de desgaste contra Israel.
A pesar de los rumores sobre su posible muerte, Sinwar ha mantenido comunicación con los mediadores árabes en las negociaciones para un alto el fuego en Gaza. Además, ha dado instrucciones a Zaher Jabarin, responsable de las operaciones de Hamas en Cisjordania, para reanudar los atentados suicidas, reflejando su enfoque intransigente hacia el conflicto con Israel.