Kim Jong-un ha descartado la reunificación de la península de Corea, una cuestión que, según ha resaltado, ya “no le interesa a nadie” en Corea del Norte.
Kim, que ha resaltado que la única manera de que Corea del Sur salga adelante es “dejar de lado la fuerza militar”, ha señalado que Seúl debería “dejar de alardear de su poder”. “Sinceramente, no tenemos intención de atacar. Incluso pensar en ello me da escalofríos, y no quiero enfrentarme a esa gente”, ha aseverado.
“Antes se hablaba mucho de liberar el Sur y unificarlo por la fuerza, pero ahora no nos interesa nada de eso y, desde que establecimos los dos países, tenemos aún menos conciencia de ese país”, ha afirmado, no sin antes acusar a Seúl de “seguir provocando” al Norte.
En este sentido, Kim ha destacado la importancia de permanecer “atentos” a los cambios políticos que tienen lugar en las inmediaciones y ha lamentado el “comportamiento provocador de imperialistas estadounidenses y sus títeres”, a quienes ha acusado de “librar fanáticamente la guerra mientras transforman la alianza entre Corea del Sur y Estados Unidos en un alianza nuclear”.
Así, los ha acusado de acumular fuerzas militares “bajo la ilusión de estar suprimiendo una amenaza inexistente”, por lo que ha alertado de que actualmente corren el peligro de “romper el equilibrio de poder en la península de Corea”, según ha recogido la agencia norcoreana de noticias KCNA.
“La forma ilógica y pervertida de pensar que su expansión armamentística y sus actividades militares están justificadas y son de naturaleza defensiva, mientras que las nuestras corresponden a una amenaza, supone una provocación, y es justo lo contrario al argumento que esgrimen ambos países y sus secuaces”, ha puntualizado.
Armas nucleares
No obstante, Kim ha amenazado con usar armas nucleares en caso de “ataques del enemigo”, si bien ha ironizado con la situación: “los que no tienen ni una sola arma estratégica decente han creado un falso mando tomando prestadas las armas nucleares de sus superiores y han elogiado esta decisión como una especie de unidad y fortalecimiento de sus capacidades”.
“Posteriormente, han admitido plenamente sus acciones de connivencia con sus superiores para empeorar deliberada y sistemáticamente la situación regional mientras hablaban largo y tendido sobre la llegada del último submarino nuclear estratégico de Estados Unidos a Corea por primera vez en 40 años o del aterrizaje de bombarderos estratégicos por primera vez”, ha sostenido.
Para Kim, existe una “obsesión con la inferioridad de poder y un sentido patológico de victimización” hacia Corea del Norte, lo que supone un intento “insensato” de mantener un equilibrio en el que una parte se apoya en “un bloque militar respaldado por armas nucleares”.
“Un político sabio no haría apuestas temerarias a costa de la seguridad de su país y de su pueblo, sino que pondría más empeño en gestionar la situación para evitar conflictos militares en lugar de enfrentarse a un Estado con armas nucleares”, ha dicho.
(con información de EP)