La concentración de este sábado en Roma a favor de Palestina ha derivado en fuertes enfrentamientos entre una parte de los manifestantes y la Policía, que respondió con porrazos y lanzamiento de gas para evitar que superaran el área permitida.
La protesta congregó a unas 7.000 personas y debía celebrarse dentro de la Plaza Ostiense, pues las autoridades habían prohibido que marchara por las calles de la capital y, por ello, habían blindado la zona con cientos de agentes de policía y antidisturbios.
Sin embargo, después de tres horas de protesta pacífica, algunos manifestantes -con el rostro cubierto- decidieron intentar superar las barreras policiales, lo que desató el enfrentamiento.
Algunos participantes en la marcha lanzaron botellas, petardos o piedras a los agentes, que respondieron con porrazos, gases y con agua a presión para intentar disolver a los grupos.
La Jefatura de Policía de Roma había prohibido la manifestación alegando “motivos de seguridad pública” y porque consideraba que su proximidad con el 7 de octubre podría acabar en “expresiones de celebración de la matanza perpetrada en Israel” por Hamás.
La decisión de prohibir la protesta ha suscitado el debate sobre la legitimidad de las manifestaciones y la libertad de expresión.
Las autoridades y el nuevo delegado del Gobierno de Roma, Lamberto Giannini, nombrado por el Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, temían la infiltración de grupos subversivos, extremistas o anarquistas y por eso decidieron blindar todo el área.
Por eso, los agentes vigilaron la Plaza Ostiense ya desde la pasada noche y efectuaron controles en las zonas aledañas, también en las carreteras que llegan a la capital, donde detuvieron algunos autobuses en los que viajaban manifestantes.
En la manifestación se gritaron lemas como “Palestina Libre” o “Netanyahu asesino” y transcurrió de forma tranquila bajo una pancarta en la que podía leerse “Palestina y Líbano: detengamos este genocidio”.
Por su parte, la Oficina Federal de Investigación (FBI) de Estados Unidos emitió una advertencia este viernes sobre la posibilidad de que se produzcan actos de violencia en territorio estadounidense con motivo del primer aniversario de los ataques terroristas del 7 de octubre de 2023. La agencia, en conjunto con el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), instó a la población a “prestar atención a su entorno en todo momento” y a “reportar cualquier actividad sospechosa a las autoridades”.
“Es probable que organizaciones terroristas extranjeras y otros extremistas violentos sigan explotando las narrativas relacionadas con el conflicto para incitar a atacantes solitarios a llevar a cabo actos de violencia en Estados Unidos”, señaló el FBI en un comunicado. La agencia subrayó que esta fecha podría motivar a actores amenazantes de distintas ideologías, incluyendo a aquellos que promueven el antisemitismo violento y la islamofobia, a realizar actos de violencia.
El FBI y el DHS expresaron especial preocupación por posibles ataques a “espacios comunitarios, reuniones públicas e instituciones religiosas, como sinagogas, mezquitas o centros islámicos”. Estas instalaciones podrían ser “objetivos atractivos para ataques violentos o para amenazas falsas por parte de una variedad de actores amenazantes”, advirtió el comunicado.
El aniversario marca un año desde la ofensiva lanzada por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en respuesta a los atentados perpetrados por milicianos de Hamas, que resultaron en la muerte de aproximadamente 1.200 personas y el secuestro de unos 240 rehenes en Israel.
(Con información de EFE)