El Ejército de Israel informó este viernes que, de las 18 víctimas del ataque nocturno contra un campamento en la localidad Cisjordana de Tulkarem, al menos siete han sido identificadas como presuntos terroristas palestinos.
Las Fuerzas Armadas señalaron que siete de los fallecidos formaban parte del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamas) y de Yihad Islámica, dos facciones armadas palestinas implicadas en los ataques del 7 de octubre en territorio israelí, que dejaron un saldo de 1.200 muertos.
Las autoridades israelíes identificaron a Ghaith Radwan entre los fallecidos, a quien atribuyen un rol destacado dentro de Yihad Islámica. Sin embargo, medios palestinos señalan que Radwan estaba vinculado a la Brigada de los Mártires de Al Aqsa, el brazo armado disidente de Al Fatah, principal partido de la Autoridad Palestina.
El Ejército de Israel afirmó que el objetivo principal de la operación era Zahi Yaser Abdelrazaq Ufi, un comandante de Hamas. De acuerdo con información de la inteligencia israelí, Ufi estaba planeando un ataque terrorista el día del aniversario del inicio de la ofensiva israelí en la Franja de Gaza el pasado 7 de octubre.
Las autoridades israelíes confirmaron la muerte de Zahi Yaser Abdelrazaq Ufi y lo describieron como una “bomba de relojería” que podría haber detonado en cualquier momento, según recogió el diario ‘The Times of Israel’. “Israel se encuentra alerta ante posibles nuevos ataques de Hamas de cara al aniversario de la masacre, ya sea en Gaza como en Cisjordania”, explicaron las fuerzas de seguridad.
Las autoridades palestinas elevaron a 18 el número de muertos en el reciente ataque de Israel contra el campamento de Tulkarem. Según el diario ‘Filastin’, vinculado a Hamas, entre las víctimas se encuentra ‘El Diluvio’, líder de las Brigadas Al Qassam, el brazo armado de Hamas.
El portavoz de la Presidencia de la Autoridad Palestina, Nabil abu Rudeina, condenó “la masacre” y responsabilizó “plenamente” al gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por las “repercusiones de este atroz crimen” cometido contra el pueblo palestino.
Además, la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas solicitó una investigación sobre el ataque “ilegal” realizado por el Ejército israelí en el campo de refugiados. Según su comunicado, “la mayoría de los muertos no estaban armados ni eran buscados por las fuerzas israelíes y fueron asesinados en sus casas o mientras paseaban por la calle”.
“Entre los asesinados se encontraba una familia entera de cinco miembros, incluidos dos niños, que vivían en el edificio atacado. En total, entre los asesinados hay al menos tres niños y dos mujeres”, expresó la ONU.
La operación israelí en Tulkarem tuvo lugar en un contexto de crecientes llamados a la calma por parte de la comunidad internacional, que busca evitar una mayor propagación del conflicto. No obstante, la escalada de violencia entre Israel y los grupos armados palestinos ha intensificado los temores de un nuevo estallido de hostilidades en la región.
(Con información de Europa Press)