La vicepresidenta Kamala Harris realizará este viernes su primera visita a la frontera entre Estados Unidos y México desde que se convirtió en la candidata presidencial demócrata, con el propósito de enfrentar directamente una de las principales debilidades de su campaña, a menos de seis semanas de las elecciones.
Harris tiene previsto visitar Douglas, Arizona, mientras el ex presidente Donald Trump y sus aliados republicanos la atacan con dureza por la gestión migratoria de la administración Biden y la señalan por no haber prestado suficiente atención a la frontera durante su tiempo en la Casa Blanca.
La inmigración y la seguridad en la frontera ocupan un lugar central en Arizona, uno de los únicos estados que limita con México y que el año pasado registró un número récord de solicitudes de asilo.
Trump goza de una ventaja entre los votantes en cuanto a políticas migratorias, por lo que Harris ha pasado a la ofensiva para fortalecer su posición vulnerable y desactivar una de las principales líneas de ataque político del expresidente.
En casi todos sus discursos de campaña, Harris menciona cómo su proyecto bipartidista, que iba a reformar el sistema migratorio del país, fracasó en el Congreso a principios de este año, porque Trump presionó a los principales republicanos para que se opusieran.
Después de este bloqueo legislativo, la administración de Biden implementó normas que prohíben otorgar asilo a los migrantes cuando las autoridades consideran que la frontera sur está saturada. Desde entonces, las detenciones por cruces ilegales han disminuido.
“El pueblo estadounidense merece un presidente que se preocupe más por la seguridad fronteriza que por jugar juegos políticos”, tiene previsto decir Harris, según un extracto de sus declaraciones adelantado por su campaña.
Harris también aprovechará su visita para recordar a los votantes su experiencia como fiscal general de California, cuando combatió el crimen en la frontera. Durante un mitin en Glendale, cerca de Phoenix, en agosto, habló de cómo ayudó a procesar a las bandas de narcotráfico y tráfico de personas que operaban de manera transnacional y en la frontera.
“Las procesé una y otra vez, y gané”, dijo entonces Harris.
El representante demócrata de Florida Maxwell Frost, el miembro más joven del Congreso con 27 años y uno de los principales defensores de Harris entre los votantes jóvenes e hispanos, afirmó que, al apoyar medidas más estrictas, Harris está tratando de “llegar al corazón” del electorado. “Ella entiende que, en este momento, hay una crisis en la frontera. Es una crisis humanitaria”.
“Por eso está impulsando más recursos en la frontera para que haya un proceso ordenado, que es realmente importante”, agregó Frost. “Pero, el asunto es que ahí es donde se queda Donald Trump: solo en la aplicación estricta de la ley”.
La reacción de la campaña de Trump
El jueves, antes de que llegara su oponente, Trump lanzó una larga diatriba desde Nueva York, afirmando que “todo lo que diga mañana ya saben que será una farsa porque ha sido la peor en la historia en proteger nuestro país. Intentará quedar un poco mejor, pero no es posible”.
Un día antes, en un mitin en Carolina del Norte, Trump también le dijo a sus seguidores: “Cuando Kamala habla sobre la frontera, su credibilidad es menos que cero”.
La campaña de Trump también ha respondido con anuncios en televisión que ridiculizan a la vicepresidenta como una “zar fronteriza” fracasada. “Con Harris, más de 10 millones de ilegales están aquí”, decía uno de los anuncios. Sin embargo, las estimaciones sobre cuántas personas han ingresado ilegalmente al país desde el inicio de la administración de Biden en 2021 varían ampliamente.
Harris nunca tuvo el cargo de “zar fronterizo”. Su responsabilidad era abordar las “causas de raíz” de la migración de tres países centroamericanos —El Salvador, Guatemala y Honduras—, los cuales representaban una gran parte del flujo migratorio hacia la frontera.
La vicepresidenta adoptó un enfoque a largo plazo, convenciendo a corporaciones multinacionales y empresas latinoamericanas de invertir en la región. Según argumentó, esto crearía empleos y daría a los habitantes más motivos para quedarse en sus países.
Aun así, Trump sigue denunciando una “invasión” de migrantes. Las encuestas muestran que la mayoría de los estadounidenses confían más en él que en Harris para manejar la inmigración.
Douglas, el lugar donde Harris se presentará, es una localidad fronteriza mayoritariamente demócrata en el condado de Cochise, controlado por el Partido Republicano, cuyos supervisores enfrentan cargos criminales por negarse a certificar los resultados de las elecciones de 2022. Trump visitó la zona el mes pasado, usando un tramo remoto del muro fronterizo y un montón de vigas de acero como contraste visual entre su postura sobre seguridad fronteriza y la de Harris.
La ciudad de 16.000 habitantes tiene fuertes lazos con su vecina mucho más grande, Agua Prieta, en México, y cuenta con un puerto de entrada muy transitado que está programado para una esperada mejora. Muchos residentes están tan preocupados por agilizar los cruces fronterizos legales como por combatir los ilegales.
(Con información de AP)