Pakistán enfrenta una crisis sanitaria alarmante debido a la propagación de la fiebre tifoidea resistente a los medicamentos. Esta situación ha afectado gravemente a la población infantil, especialmente en las áreas rurales del norte del país, como los alrededores de Peshawar.
Según el diario británico The Guardian, la resistencia de la bacteria Salmonella typhi a los antibióticos ha complicado el tratamiento de esta enfermedad, que anteriormente se curaba con un simple curso de medicamentos.
Ukasha, un niño de ocho años, es uno de los tantos rostros que ilustra la gravedad del problema. A pesar de recibir tratamiento en el Complejo Médico de Hayatabad, su recuperación se ha prolongado por más de un mes debido a la cepa resistente. La situación se repite en muchos otros niños de la región, como su compañero de clase AbuZar, de 12 años, quien también ha estado postrado en cama durante meses.
La fiebre tifoidea, también conocida como fiebre entérica, es una infección que se transmite a través de alimentos o agua contaminados. Si no se trata, puede ser mortal en uno de cada cinco casos. Sin embargo, la aparición de la cepa XDR-tifoidea (extensivamente resistente a los medicamentos) en 2016 ha limitado las opciones de tratamiento y aumentado las tasas de mortalidad. Esta cepa es resistente a casi todos los antibióticos convencionales para tratar la enfermedad.
Pakistán es uno de los países más afectados por esta cepa resistente, con más de 15,000 casos reportados oficialmente, aunque se estima que muchos brotes no se registran.
La falta de acceso a agua potable y saneamiento adecuado agrava la situación, ya que un sistema de alcantarillado deficiente puede contaminar el agua y propagar la enfermedad. Según The Guardian, aproximadamente el 80% de las enfermedades en el país se deben al agua contaminada.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que el acceso a agua segura y saneamiento es fundamental para prevenir enfermedades como la tifoidea. “No hay razón para que tengamos fiebre tifoidea hoy en día si tenemos acceso adecuado a agua segura y saneamiento”, afirmó la doctora Maria Neira, directora de salud de la OMS.
Desde 2019, Pakistán ha vacunado a más de 30 millones de niños contra la tifoidea, concentrando estos esfuerzos principalmente en el sur del país, donde primero surgió la cepa XDR. No obstante, con más de 100 millones de menores en el país, la infección ha continuado su avance hacia el norte.
El uso excesivo de antibióticos es uno de los principales factores que contribuyen a la resistencia bacteriana. Entre 2000 y 2018, el consumo global de antibióticos aumentó casi un 50%, con los mayores incrementos en países del sur de Asia, como Pakistán.
La falta de pruebas adecuadas para diagnosticar enfermedades como la tifoidea, que comparte síntomas con otras infecciones como la malaria y el dengue, lleva a los médicos a prescribir antibióticos “por si acaso”, lo que agrava el problema de la resistencia.
Las pruebas rápidas para la tifoidea, como Typhidot y Widal, fueron prohibidas por las autoridades sanitarias debido a su alta tasa de falsos positivos, que contribuyen a la sobreprescripción de antibióticos. Sin embargo, estas pruebas siguen estando disponibles en el mercado.
La resistencia a los antibióticos no se limita a Pakistán. Se han identificado casos de XDR-tifoidea en 16 otros países, incluidos India, China, Qatar, el Reino Unido y los Estados Unidos. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos advirtieron a los viajeros a Pakistán que tomen precauciones contra esta superbacteria.
Esta semana, líderes mundiales reunidos en la ONU en Nueva York abordarán las infecciones resistentes a los medicamentos y negociarán una declaración política para los estados miembros. “La XDR-tifoidea es la señal de advertencia final. Después de esto, entraremos en una etapa en la que la superbacteria no responderá a ningún medicamento en absoluto”, advirtió Jehan Zeb Khan, farmacéutico clínico del Complejo Médico de Hayatabad.