El Banco Central de China presentó este martes su mayor plan de estímulo desde la pandemia para sacar a la economía de su atolladero deflacionista y acercarla de nuevo al objetivo de crecimiento del Gobierno, pero los analistas advirtieron de la necesidad de más ayuda fiscal para alcanzar estas metas.
El paquete, más amplio de lo previsto, que ofrece más financiación y recortes de las tasas de interés, es un nuevo intento de los responsables de política monetaria de restablecer la confianza en la segunda economía mundial, después de que una serie de datos decepcionantes han hecho temer una desaceleración estructural prolongada.
Sin embargo, los analistas dudaban de qué tan productivas serán las inyecciones de liquidez del Banco Popular de China (BPCH), dada la extrema debilidad de la demanda por crédito por parte de empresas y consumidores, y señalaron la ausencia de políticas destinadas a apoyar la actividad económica real.
“Se trata del paquete de estímulo más importante del BPCH desde los primeros días de la pandemia”, dijo Julian Evans-Pritchard, analista de Capital Economics. “Pero por sí solo, puede no ser suficiente”, añadió. Evans-Pritchard cree que puede ser necesario un mayor estímulo fiscal para devolver el crecimiento a una trayectoria hacia el objetivo oficial de este año de aproximadamente el 5 por ciento.
Las acciones y los bonos chinos subieron y las bolsas asiáticas alcanzaron máximos de dos años y medio, después de que el gobernador Pan Gongsheng anunció los planes para reducir los costos de los préstamos e inyectar más fondos en la economía, así como para aliviar la carga que supone para los hogares el pago de las hipotecas.
El yuan alcanzó máximos de 16 meses frente al dólar.
Pan, en una conferencia de prensa junto a responsables de otras dos agencias de regulación financiera, dijo que el banco central recortará en 50 puntos básicos la cantidad de efectivo que los bancos deben mantener como reservas, lo que se conoce como coeficiente de reservas obligatorias.
El Banco Popular de China también recortará la tasa de interés de los acuerdos de recompra (repo) a siete días, su nueva referencia, en 0,2 puntos porcentuales, al 1,5 por ciento. Bajarán así mismo los tipos de interés de los depósitos y otros tasas.
Apoyo al sector inmobiliario
Las tasas de interés de las hipotecas existentes también se reducirán un promedio de 0,5 puntos porcentuales, dijo Pan, una medida que podría suponer cierto alivio para los hogares, pero que podría generar preocupación por la rentabilidad de los bancos.
Pan no especificó cuándo entrarán en vigor las medidas.
La economía china creció mucho menos de lo previsto en el segundo trimestre, lastrada por la prolongada crisis inmobiliaria y la preocupación de los consumidores por la seguridad laboral. Los datos económicos de agosto no alcanzaron en general las expectativas, lo que hace más urgente que los dirigentes económicos pongan en marcha más medidas de apoyo.
“La medida llega probablemente un poco tarde, pero más vale tarde que nunca”, dijo Gary Ng, economista jefe de Natixis. “Con un tipo de interés real elevado, un ánimo bajo y sin repunte en el mercado inmobiliario, China necesita un entorno de tipos más bajos para impulsar la confianza”.
El Gobierno aspira a un crecimiento económico en torno al 5,0% para 2024, pero algunos bancos de inversión, como Goldman Sachs, Nomura, UBS y Bank of America, han rebajado recientemente sus previsiones para la tasa de crecimiento de China este año.
Pan afirmó que se preveía una mayor relajación de la política monetaria, incluido otro recorte de los tipos de interés de referencia antes de que el año acabe.
Las más recientes medidas de política monetaria de China siguen a la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de bajar fuertemente las tasas, lo que muchos analistas consideraron que daba un mayor margen de maniobra para que el Banco Popular de China suavizara las condiciones monetarias sin ejercer demasiada presión sobre el yuan.
Por Ryan Woo y Liangping Gao (Reuters)