El régimen chino efectuó este miércoles el lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental (ICBM) hacia el Océano Pacífico, según informó el Ministerio de Defensa de China.
El misil, que portaba una cabeza nuclear simulada, impactó en las “áreas previstas” del océano, sin especificar el lugar exacto. Aunque la prueba se presenta como un ensayo rutinario, los expertos sugieren que representa una nueva fase en el creciente desarrollo armamentístico del gigante asiático.
Según Ankit Panda, miembro de la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, “esto es extremadamente inusual y probablemente sea la primera vez en décadas que hemos visto una prueba de este tipo”, lo que sugiere la expansión acelerada del arsenal nuclear de China y la necesidad de nuevos requisitos de prueba.
El Ministerio de Defensa chino intentó suavizar el impacto del lanzamiento al afirmar que esta operación “forma parte de nuestro plan de entrenamiento anual”.
“El 25 de septiembre, a las 8:44 horas (hora local), la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación de China lanzó con éxito un misil balístico intercontinental que llevaba una ojiva simulada de entrenamiento en una zona de alta mar en el océano Pacífico, donde cayó con precisión en la zona marítima designada”, informó informado el Ministerio de Defensa del régimen de Beijing en un comunicado publicado en su página web.
Además, señaló que está “en línea con el derecho internacional y las prácticas internacionales” y que “no está dirigido contra ningún país o objetivo específico”. Sin embargo, este tipo de movimientos incrementan la desconfianza global hacia el régimen de Xi Jinping, cuyas ambiciones militares y nucleares han provocado alarma en todo el mundo, especialmente en su vecino Taiwán.
El año pasado, el Departamento de Defensa de Estados Unidos alertó sobre la rápida modernización del arsenal nuclear chino, que superaba ya las 500 cabezas nucleares operativas en mayo de 2023, y que podría sobrepasar las 1.000 para 2030.
Esta carrera armamentística coloca a China en una posición cada vez más agresiva frente a potencias como Estados Unidos y Taiwán, donde Beijing ha intensificado su retórica bélica.
Pese a los intentos de diálogo, las tensiones entre Washington y Beijing no han cesado. A pesar de mantener conversaciones sobre el control de armas nucleares en noviembre pasado, el régimen chino suspendió en julio cualquier negociación en respuesta a las ventas de armas estadounidenses a Taiwán.
El Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) informó que China posee el tercer mayor arsenal de armas nucleares del mundo, solo por detrás de Rusia y Estados Unidos. Este poder militar refuerza la posición del régimen en su constante desafío a la paz y la estabilidad en la región del Mar Meridional y en su actitud beligerante hacia Taiwán.
China considera a Taiwán como una provincia separatista rebelde desde que en 1949 se retiraron allí las tropas nacionalistas del Kuomintang tras ser derrotadas por el ejército rojo.
(Con información de EFE y AFP)