Este lunes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, reunió a todos los miembros del nuevo gabinete liderado por el primer ministro Michel Barnier. Este gobierno, con una fuerte inclinación hacia la derecha, enfrenta un futuro incierto debido a la falta de una mayoría parlamentaria que lo respalde.
El primer Consejo de Ministros del nuevo gobierno se celebró en el Palacio del Elíseo y tuvo una duración de apenas media hora. La reunión fue simplemente una toma de contacto formal entre los miembros, tras el nombramiento de los 39 ministros y secretarios de Estado realizado por el jefe del Estado el sábado por la tarde.
“Espero de ustedes compromiso y valor”, fue el mensaje que Emmanuel Macron dirigió a los miembros del nuevo gobierno, según reveló uno de los participantes al canal BFMTV. El presidente añadió que “se abre una nueva etapa” y aseguró que él les ayudará.
El jefe del Estado decidió convocar este breve Consejo de Ministros para dar inicio a las actividades del nuevo Ejecutivo antes de emprender un viaje que lo llevará esta semana a Nueva York para asistir a la Asamblea General de la ONU, y después a Canadá.
Este Consejo era especialmente importante, dado el retraso en su convocatoria, ya que pasaron dos meses y medio desde las elecciones legislativas. Macron decidió adelantar esas elecciones con el objetivo de “clarificar” la situación política, después de que la extrema derecha lograra un inesperado triunfo en las elecciones europeas del 9 de junio.
Michel Barnier encabezará el próximo viernes un seminario gubernamental para preparar su discurso de política general ante el Parlamento, previsto para el 1 de octubre. Este será un momento clave, ya que en esa ocasión no podrá limitarse a generalidades como hasta ahora respecto a su programa.
Ese día se seguirán de cerca las reacciones de los dos bloques de la oposición, que en conjunto representan el 60% de la Asamblea Nacional. Si votaran de manera unida, tendrían la capacidad de derribar al Ejecutivo.
Por el momento, la izquierda, que cuenta con 193 de los 577 diputados en la cámara, ha confirmado su intención de presentar una moción de censura inmediatamente después del discurso ante el Parlamento. En cambio, la extrema derecha de Marine Le Pen, con 142 escaños, ha optado por esperar a conocer los detalles del programa antes de tomar una decisión.
Otro de los desafíos inmediatos para el nuevo Ejecutivo es la elaboración de los presupuestos para 2025, que en principio debían presentarse antes del 1 de octubre, pero que probablemente no estarán listos hasta el día 9.
Antes del Consejo de Ministros, Michel Barnier reunió a los miembros de su Ejecutivo en su residencia oficial de Matignon. Desde allí, la mayoría de ellos asistió a las ceremonias de traspaso de poderes con sus predecesores.
La mayor atención se dirigió a la asunción del cargo del nuevo titular de Interior, Bruno Retailleau, destacado por sus posturas profundamente conservadoras sobre el matrimonio homosexual y su enfoque estricto en materia de inmigración.
Frente a su antecesor, Gérald Darmanin, Bruno Retailleau afirmó que al asumir su nueva responsabilidad tiene “tres prioridades: restablecer el orden, restablecer el orden y restablecer el orden”.
En una entrevista con el diario Le Figaro publicada este lunes, Bruno Retailleau adelantó que, en cuanto a inmigración, su objetivo es “acabar con las entradas ilegales” y “aumentar las salidas”, subrayando que “no se debería permanecer en Francia cuando se ha entrado por la fuerza”.
“Tengo una convicción desde hace mucho tiempo -argumentó-: cuando la inmigración no está controlada, no es una oportunidad para nadie, ni para Francia ni para los inmigrantes”.
(Con información de EFE)