Israel denunció que más de 100 cohetes fueron disparados desde el Líbano hacia el norte de su territorio

Más de 100 cohetes fueron disparados desde Líbano hacia el norte de Israel la madrugada de este domingo, alcanzando áreas cercanas a la ciudad de Haifa. Las alarmas antiaéreas se activaron en varias localidades del norte israelí, y aunque la mayoría de los cohetes fueron interceptados, algunos lograron causar daños menores.

El servicio de rescate de Israel Magen David Adom atendió a cuatro personas heridas por metralla, entre ellas un hombre de 76 años que sufrió heridas moderadas cerca de Haifa.

El ataque de Hezbollah es en respuesta a un bombardeo israelí en Beirut que el viernes pasado mató al menos a 37 personas, incluidos varios miembros del alto mando del grupo.

Los terroristas respaldados por Irán, afirmaron haber lanzado decenas de cohetes “Fadi 1 y Fadi 2″ —armamento que no había utilizado antes— contra la base aérea de Ramat David, al sureste de Haifa, en represalia por los ataques israelíes en Líbano.

Israel respondió rápidamente con una nueva ola de bombardeos sobre objetivos de Hezbollah en el sur de Líbano, atacando unos 400 sitios militantes, incluidos lanzacohetes.

Las Fuerzas de Defensa de Israel señalaron que los cohetes lanzados por Hezbollah habían sido dirigidos contra áreas civiles.

En paralelo, fuerzas israelíes realizaron una redada en las oficinas de Al-Jazeera en Cisjordania, medio que ha sido acusado por Israel de ser un portavoz de grupos militantes.

La escalada actual ocurre tras meses de crecientes tensiones entre Israel y Hezbollah, que ha estado disparando cohetes en solidaridad con los palestinos desde que comenzó la guerra en Gaza hace casi un año.

El conflicto bélico estalló el 7 de octubre, cuando militantes de Hamas atacaron Israel, matando a unas 1.200 personas y tomando alrededor de 250 rehenes. Israel ha centrado sus esfuerzos militares en Líbano en las últimas semanas, buscando restablecer la calma en la frontera norte para permitir que sus ciudadanos regresen a sus hogares.

Hezbollah, por su parte, ha declarado que no detendrá sus ataques a menos que se logre un alto el fuego en Gaza, lo que parece difícil de alcanzar. Las negociaciones mediadas por Estados Unidos, Egipto y Qatar se han estancado en múltiples ocasiones.

Además de los ataques con cohetes, Hezbollah busca venganza por la reciente destrucción de dispositivos de comunicación del grupo, lo que causó la muerte de al menos 37 personas y casi 3.000 heridos. Estas explosiones, atribuidas a Israel, afectaron radiolocalizadores y radios de Hezbollah, intensificando aún más el conflicto.

El ataque israelí del viernes en Beirut fue el más mortífero desde la guerra de 2006. El bombardeo derribó un edificio de ocho pisos en un barrio densamente poblado del sur de la ciudad, donde varios líderes de Hezbollah, incluido Ibrahim Akil, comandante de la unidad de fuerzas especiales de Hezbollah, conocida como la Fuerza Radwan, estaban reunidos.

Akil, que estaba en la lista de los más buscados de Estados Unidos, fue responsable de la muerte de israelíes y estuvo implicado en el atentado de 1983 contra la embajada estadounidense en Beirut, así como en la captura de rehenes estadounidenses y alemanes durante la guerra civil en Líbano.

El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, señaló que este ataque desmanteló la cadena de mando del grupo terrorista, debilitando su capacidad operativa. Gallant destacó la importancia de la muerte de Akil, quien había sido uno de los líderes más importantes y experimentados de Hezbollah.

La escalada en el norte de Israel sigue generando una profunda crisis en la región, con miles de personas desplazadas y una creciente presión sobre la comunidad internacional para mediar un alto el fuego. Sin embargo, la posibilidad de una resolución inmediata parece lejana, ya que Hezbollah continúa con sus agresiones y Israel mantiene su postura de defensa ante los ataques a su población civil.

(Con información de The Associated Press)