Un ex entrenador del equipo femenino del Fulham aseguró que tomaron medidas de protección para evitar que las jugadoras se quedasen a solas con el antiguo dueño del club, Mohamed al Fayed, acusado por decenas de mujeres de agresiones sexuales.
En declaraciones a la BBC, Gaute Haugenes, que entrenó al equipo entre 2001 y 2003, explicó que el cuerpo técnico era consciente de que al difunto magnate egipcio, propietario también de los grandes almacenes Harrods, “le gustaban las chicas jóvenes y rubias”.
Como medida de precaución, los técnicos prohibieron a las futbolistas quedarse a solas con Al Fayed, dueño del club durante 16 años.
Este viernes, el club del oeste de Londres se mostró “profundamente preocupado” en un comunicado por las informaciones aparecidas sobre el comportamiento de Al Fayed como un depredador sexual con las trabajadoras de Harrods.
Pese a que no ha habido denuncias hasta ahora en el seno del Fulham, un grupo de abogados que defienden a víctimas del empresario aseguraron el viernes en una rueda de prensa que es “improbable” que no haya habido más mujeres que hayan sufrido asaltos sexuales en otros ámbitos.
Los abogados afirmaron que el fallecido multimillonario “era un monstruo” al que ayudó “un sistema interno establecido” en Harrods, los grandes almacenes de lujo londinenses que poseyó entre 1985 y 2010.
Estos letrados ofrecieron una rueda de prensa, junto con una de las ex empleadas denunciantes -Natacha-, después de que una veintena revelara los abusos a los que fueron sometidas en un impactante documental difundido el jueves por la BBC.
Los propietarios actuales de Harrods afirmaron estar “absolutamente horrorizados” por las acusaciones y señalan que desde que empezaron a surgir en 2023 establecieron un sistema de compensación.
Habla una de sus víctimas
Natacha considera que entró “en la boca del lobo” cuando aceptó trabajar para Al-Fayed y recuerda los horrores que vivió durante esa etapa. Contó que fue sometida a pruebas de VIH y Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) sin su consentimiento y que fue víctima de abusos físicos y psicológicos.
En la conferencia de prensa, Natacha se refirió al empresario egipcio como “el presidente” y “un depredador enfermo”, y dijo que se aprovechaba de las empleadas más vulnerables, aquellas que necesitaban pagar el alquiler y no tenían una red de apoyo familiar. Según sus declaraciones, Al-Fayed utilizaba un modus operandi repetitivo para atraer a sus víctimas, haciéndolas sentir seguras y cómodas antes de comenzar con los abusos.
En su relato, Natacha también mencionó un incidente específico en el que fue citada en el apartamento privado de Al-Fayed bajo el pretexto de una revisión laboral. Al llegar, encontró juguetes sexuales a la vista y fue atacada por su jefe. Tras luchar para liberarse, Al-Fayed se rió de ella y la amenazó con arruinar su carrera si contaba lo sucedido. “Me dijo, en términos inequívocos, que nunca dijera una palabra de esto a nadie. Si lo hacía, no volvería a trabajar en Londres, y él sabía dónde vivía mi familia. Me sentí asustada y enferma”, recordó.
El documental “Al-Fayed: Predator at Harrods” (Al-Fayed: depredador en Harrods) reunió pruebas que indican que la dirección de Harrods no solo no intervino, sino que ayudó a encubrir los abusos e incluso los facilitó.
(Con información de EFE)