Ibrahim Aqil, conocido también como Tahsin, era un alto mando de Hezbollah y el objetivo del reciente ataque israelí en Beirut. Según informó The Jerusalem Post, Aqil era miembro del Consejo de la Yihad, el máximo órgano militar de Hezbollah. Este ataque, que tuvo lugar el viernes por la tarde, se centró en Aqil, quien ha sido designado como Terrorista Global Especialmente Designado por el Departamento de Estado de Estados Unidos desde 2019 debido a su participación en múltiples complots terroristas.
Durante la década de 1980, Aqil fue un miembro principal de la Organización de la Yihad Islámica, una célula terrorista de Hezbollah que se atribuyó los atentados contra la Embajada de Estados Unidos en Beirut en abril de 1983, donde murieron 63 personas. Además, estuvo involucrado en el secuestro de funcionarios nacionales en esa misma época. Por estas acciones, el Programa de Recompensas por la Justicia del Departamento de Estado ofrecía hasta 7 millones de dólares por información que conduzca a su localización o arresto.
El ataque en Beirut ha generado una gran atención debido a la figura de Aqil y su papel dentro de Hezbollah. Este grupo, considerado una organización terrorista por varios países, ha estado en el centro de numerosos conflictos en la región. La designación de Aqil como terrorista global subraya la gravedad de sus acciones y la amenaza que representa.
El Consejo de la Yihad de Hezbollah, donde Aqil desempeña un papel crucial, es responsable de planificar y ejecutar operaciones militares. La estructura y las actividades de este consejo han sido objeto de escrutinio por parte de agencias de seguridad internacionales, que buscan desmantelar las redes terroristas y prevenir futuros ataques.
El contexto histórico de las acciones de Aqil y Hezbollah incluye una serie de atentados y secuestros que han marcado la historia reciente de Oriente Medio. La explosión de la embajada estadounidense en 1983 es uno de los eventos más significativos, no solo por la pérdida de vidas, sino también por el impacto en la política exterior de Estados Unidos en la región.
La operación israelí de este viernes en Beirut se enmarca en una serie de acciones destinadas a neutralizar amenazas terroristas. Las tensiones entre Israel y Hezbollah han sido una constante en la región, con episodios de violencia que han afectado a civiles y militares por igual. La identificación y el intento de eliminación de figuras clave como Aqil son parte de los esfuerzos para debilitar la capacidad operativa de Hezbollah.
El uso de tecnología avanzada y la cooperación internacional han sido fundamentales para rastrear y localizar a individuos como Aqil. Las agencias de inteligencia utilizan una combinación de vigilancia electrónica, informantes y análisis de datos para llevar a cabo estas operaciones. La recompensa ofrecida por el Departamento de Estado es un incentivo adicional para obtener información crucial.
La situación en Beirut y la respuesta de Hezbollah a este ataque serán determinantes para el futuro inmediato de la región. La capacidad de Hezbollah para reorganizarse y continuar sus operaciones dependerá en gran medida de su liderazgo y de la efectividad de las medidas de seguridad implementadas por Israel y sus aliados.
El bombardeo
Israel comunicó este viernes que realizó una operación en Daniyeh, al sur de Beirut, como parte de la ofensiva contra el grupo terroriosta Hezbollah. Las Fuerzas de Defensa (FDI) no dieron detalles de qué objetivos específicos tuvieron en el ataque, pero los primeros reportes apuntan a que se trata de Ibrahim Aqil, uno de los integrantes del Consejo de Guerra de la organización respaldada por Irán.
En un mensaje posteado en su cuenta de X, las FDI confirmaron el ataque a Beirut: “En este momento no hay cambios en las instrucciones del Comando del Frente Interior. Si hay algún cambio lo actualizaremos”, señala el escueto texto que promete dar más información en breve.
El gobierno del Líbano dijo en un primer informe que hay al menos 3 muertos y 17 heridos.
El ataque en Dahiyeh, a pocos kilómetros del centro de Beirut, ocurrió durante la hora pico, cuando la gente salía del trabajo y los estudiantes regresaban a sus casas desde la escuela.
La escalada se produjo mientras la región esperaba la venganza prometida por el líder del grupo militante, Hassan Nasrallah, por el ataque masivo de esta semana contra buscapersonas y walkie-talkies pertenecientes a miembros de Hezbollah.