En este aeropuerto es tan difícil aterrizar, que sólo 50 pilotos están calificados para hacerlo

Situado en un valle himalayo y rodeado de picos que alcanzan hasta los 5,486 metros de altura, este aeropuerto presenta un desafío técnico significativo para los pilotos debido a sus condiciones geográficas y climáticas

Enclavado entre picos que casi alcanzan 5,500 metros, este aeropuerto obliga a aterrizajes manuales sin radar, según el testimonio de un aviador experimentado. CRÉDITO: Youtube: Flying Dragon Pilot

El Aeropuerto Internacional de Paro (PBH) en Bután, un país de Asia del Sur, se ha ganado la reputación de ser uno de los más desafiantes del mundo para realizar aterrizajes, atrayendo la atención tanto de expertos en aviación como de intrépidos viajeros.

Este aeropuerto, ubicado en el Reino Himalayo de Bután, requiere de habilidades altamente especializadas y un conocimiento profundo del terreno para operar en él, según informó CNN Travel. Paro se encuentra en un valle rodeado de picos de hasta 5,486 metros de altura, lo que obliga a los pilotos a ejecutar maniobras espectaculares y precisas para aterrizar.

Este aeropuerto categoría C demanda que los pilotos completen un entrenamiento específico y ejecuten los aterrizajes manualmente, ya que no cuenta con sistemas de radar, según explicó el Capitán Chimi Dorji, quien lleva 25 años volando para la aerolínea nacional Druk Air. “Es un reto para la habilidad del piloto, pero no es peligroso, porque si lo fuera, yo no estaría volando”, explicó.

La pista de Paro exige maniobras precisas debido a la orografía y la falta de radar. (iStockphoto/Imágenes Getty)

El desafío de volar en este aeropuerto no solo radica en la altura y el terreno, sino también en las condiciones climáticas. Dorji indicó que los vuelos generalmente se programan para la mañana a fin de evitar los vientos térmicos que se intensifican después del mediodía.

En Paro, realmente necesitas tener las habilidades locales y los conocimientos locales de competencia de área. Lo llamamos formación de competencia de área o formación de área o formación de ruta para volar desde cualquier lugar a Paro”, añadió Dorji.

Durante la temporada de monzones, que va de junio a agosto, las tormentas y el granizo pueden complicar aún más las operaciones, lo que hace esencial que los pilotos sepan cuándo es seguro volar.

Paro no es el único aeropuerto en Bután, aunque sí el más conocido internacionalmente. La expansión del aeropuerto de Gelephu en el sur del país permitirá el aterrizaje de aviones más grandes y facilitará vuelos directos desde regiones como América del Norte, Europa y Medio Oriente. Este desarrollo tiene el potencial de transformar la industria de la aviación en Bután, que aún es joven comparada con otras, como KLM o Delta Airlines.

El Aeropuerto Internacional de Paro está rodeado de picos de hasta 5.486 metros. (iStockphoto/Imágenes Getty)

Pero Paro sigue siendo una joya de la aviación internacional, no solo por la complejidad técnica que presenta, sino también porque simboliza la mística del viaje a Bután, un país enclavado entre China e India y conocido como la Tierra del Dragón del Trueno.

Para los entusiastas de la aviación, aterrizar en Paro es una experiencia que no solo satisface la sed de aventura, sino que también ofrece vistas impresionantes del escenario himalayo, según CNN.

El futuro del transporte aéreo en Bután parece prometedor, con un enfoque en formar y contratar pilotos locales para satisfacer la creciente demanda. El Capitán Dorji mencionó que actualmente hay unos 50 pilotos licenciados en Bután, pero se espera que este número se duplique en los próximos años, lo que subraya el compromiso de Druk Air con la excelencia y la seguridad en la aviación.

CNN informó que Paro es a menudo descrito como un aeropuerto desafiante pero no peligroso, una distinción importante que hace que esta ruta aérea sea altamente valorada por especialistas y viajeros interesados en experimentar la combinación única de técnica y paisaje que ofrece.