Un castillete de 115 metros de altura de la mina Donbás Sur-3 fue demolido por las tropas rusas, que conquistaron la mayor parte del terreno esta semana, según muestra un video publicado el lunes por blogueros militares rusos.
La destrucción de otra mina de carbón cerca de Vugledar, en medio de intensos combates en Donetsk, resalta cómo los avances de Rusia en el este de Ucrania no solo despojan a miles de personas de sus hogares, sino que también devastan la economía al destruir empresas clave de una región que alguna vez fue el corazón industrial del país.
La mina, ubicada sobre una de las mayores reservas de carbón de Ucrania, se sumó a la extensa lista de explotaciones que quedaron casi totalmente destruidas en los dos años y medio transcurridos desde el inicio de la invasión.
Para principios de 2024, más de 425 grandes y medianas empresas, junto con decenas de miles de pequeñas compañías, habían sido arrasadas por ataques intencionales o combates en zonas urbanas, según un informe de la Escuela de Ciencias Económicas de Kiev. La mitad de las pérdidas se concentraron en Donetsk.
En la batalla por el control de las zonas urbanas de la región, los complejos industriales se han transformado en fortalezas naturales que las fuerzas ucranianas defienden mientras los rusos intentan capturarlas.
Dado que los avances rusos dependen de la superioridad de Moscú en artillería, aviación y misiles, la destrucción de las instalaciones industriales a menudo se convierte en el único medio para conquistar territorio.
Eso fue lo que sucedió con las plantas metalúrgicas de Illich y Azovstal en Mariúpol, que producían el 40% del acero de Ucrania, uno de los principales productos de exportación del país. Los industriales fueron completamente devastados por miles de misiles, bombas aéreas y proyectiles de artillería, tras haber brindado refugio temporal a decenas de miles de civiles y soldados ucranianos.
Según el propietario de Azovstal, MetInvest, existe la posibilidad de construir una nueva fábrica en el sitio de la antigua acería. Sin embargo, la planta de coque de Avdivka, la más grande de su tipo en Europa, no volverá a funcionar debido a los daños irreparables causados durante el asedio que finalizó en febrero pasado.
Durante generaciones, los habitantes de ciudades como Mariúpol, Avdivka, Soledar y Bahkmut se sentían orgullosos de sus enormes instalaciones industriales. Estas regiones, conocidas por sus plantas metalúrgicas, minas de carbón y hierro, y puertos, solían representar el 20% de la producción industrial del país.
Esta industria se desarrolló gracias a la inversión occidental y a la industrialización soviética, formando una identidad laboral que atrajo a trabajadores de otras partes de Ucrania.
Tras la caída de la Unión Soviética, algunas de estas industrias sobrevivieron con subsidios estatales, mientras que otras, como la planta Azovstal en Mariúpol, prosperaron por los altos precios globales. Sin embargo, la invasión rusa ha provocado la destrucción casi total de estas instalaciones.
Toda inversión significativa, así como el retorno de la población, ambos esenciales para la reconstrucción, resultarán inviables mientras persista la amenaza de ataques desde el otro lado de la frontera.
El destino industrial de Donetsk y de otras regiones orientales dependerá por el desenlace de la guerra, según la opinión de los economistas.
(Con información de EFE)