El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, advirtió este viernes ante el Consejo de Seguridad del organismo que el cese de las restricciones de los aliados occidentales sobre los misiles de largo alcance que entrega a Ucrania los arrastraría de forma directa a la guerra, cambiando así las reglas del conflicto y sus consecuencias.
“Si realmente se toma la decisión de levantar las restricciones, eso significará que, a partir de ese momento, los países de la OTAN estarán llevando a cabo una guerra directa contra Rusia”, comenzó diciendo el funcionario del Kremlin, que sumó que, “como comprenderán, tendremos que tomar las decisiones pertinentes, con todas las consecuencias que todo esto implicaría para los agresores occidentales”.
“La OTAN será parte directa en las hostilidades contra una potencia nuclear... creo que no deberían olvidarse de esto y pensar en las consecuencias”, insistió.
Ucrania lleva semanas pidiendo a los aliados que levanten las restricciones que mantienen sobre los misiles de largo alcance para, así, poder emplearlos en ataques a bases militares dentro de Rusia, desde donde se lanzan las agresiones. Hasta el momento, Kiev solo ha conseguido este permiso para las zonas que internacionalmente se consideran ucranianas pero que están ocupadas por el enemigo.
“Cualquiera que vea en el mapa desde dónde lanza Rusia sus ataques, dónde entrena a sus tropas, mantiene sus reservas y sitúa sus infraestructuras militares, entiende claramente por qué Ucrania necesita capacidades de larga distancia. El tiempo pasa pero los misiles rusos y los drones iraníes continúan sembrando el terror en nuestros cielos y entre nuestra gente”, dijo el presidente Volodimir Zelensky este viernes.
Estados Unidos y Gran Bretaña, los principales proveedores de los ATACMS y los Storm Shadow, se mostraron reticentes a esta idea pero, en el último tiempo, habrían adelantado cierto cambio de postura. Inclusive, está previsto que Joe Biden reciba en la Casa Blanca al primer ministro Keir Starmer, en un encuentro en el que “sin ninguna duda” se abordará esta cuestión y “se ajustará según sea necesario”, adelantó el secretario de Estado, Antony Blinken.
En medio de estas señales de los principales aliados de Ucrania, Vladimir Putin reiteró en primera persona las advertencias durante una intervención televisiva desde San Petersburgo. El líder del Kremlin aseguró que, de oficializarse dicha decisión de Occidente, “no significará otra cosa que la participación directa de los países de la OTAN, de Estados Unidos y de los países europeos en la guerra en Ucrania”, lo que cambiará “la naturaleza propia del conflicto”.
Además, el mandatario sostuvo que tanto los ATACMS y los Storm Shadow solo pueden ser lanzados contra su territorio con la ayuda de los datos de inteligencia de satélites estadounidenses o de países de la Unión Europea, ya que Kiev carece de ellos, así como “las misiones de vuelo (que) solo pueden ser determinadas por los militares de los países de la OTAN”.
Estados Unidos, sin embargo, evitó dar lugar a estas amenazas y especulaciones por parte de Moscú y, por el contrario, respondió ante la ONU con más denuncias al Kremlin por las armas que recibió por parte de Irán en el último tiempo. “Representa una escalada dramática y un desarrollo altamente desestabilizador que, probablemente, aumentará el sufrimiento del pueblo ucraniano”, dijo su embajador ante Naciones Unidas Robert Wood.
“Está claro que hay una necesidad urgente de ayudar a Ucrania a defenderse de los ataques con misiles, ataques que socaban los principios de la Carta de las Naciones Unidas y amenazan la paz y la seguridad internacionales”, agregó sin más detalles.
(Con información de AFP y Reuters)