El puente Carola colapsó el miércoles en el centro de Dresde, capital del estado de Sajonia (este de Alemania), poniendo en evidencia el deterioro de las infraestructuras en todo el país. A pesar de ello, el Gobierno mantiene que está haciendo grandes inversiones para mejorar las condiciones del país, incluidas las del sector del transporte, con el fin de impulsar el crecimiento económico.
La Asociación Central de la Industria Alemana de la Construcción (ZDB, por sus siglas en alemán) calificó al derrumbe como un “triste ejemplo del estado de la infraestructura” en Alemania. El colapso fue de una sección de unos cien metros del puente Carola, construido en la década de 1970 durante la República Democrática Alemana (RDA).
“Afortunadamente, nadie resultó herido. Las primeras investigaciones indican que la corrosión fue la causa del derrumbe”, señaló la ZDB en un comunicado, refiriéndose al puente -que fue parcialmente renovado en 2019- sobre el río Elba.
Además, se detectaron daños en la estructura de soporte del puente Norderelb en Hamburgo (norte), inaugurado en 1963. Esto llevó a las autoridades a restringir el tráfico sobre el puente y a prohibir el acceso a vehículos que superen las 40 toneladas a partir de este jueves.
Según la ZDB, muchos de los puentes en Alemania construidos en la década de 1960 ya han superado su vida útil, por lo que se necesitan “más iniciativas e inversiones gubernamentales” para garantizar la seguridad de la red de puentes en el país a largo plazo.
El Ministerio de Transportes de Alemania estima que, para el año 2030, será necesario renovar unos 4.000 puentes de la red vial del país.
“No se trata sólo de evitar accidentes y tragedias, sino de garantizar que nuestras infraestructuras de transporte sean eficientes”, señaló la ZDB, la semana en la que el Gobierno de Alemania defendió su proyecto presupuestario para 2025, que contempla inversiones millonarias, especialmente en infraestructura.
El Carola es un puente de gestión comunal, por lo que su mantenimiento recae en las autoridades locales. Según los expertos, estas infraestructuras se encuentran en peor estado que las de los estados federados, que están bajo la administración nacional dirigida por el Gobierno de Scholz.
“Sabemos desde hace 20 o 30 años que se dedican insuficientes recursos, pero el Gobierno ha incrementado de manera relativamente impresionante las inversiones en el sector del transporte. Sin embargo, el aumento de las partidas quedó absorbido por el alza de los precios en la construcción”, dijo el economista Thomas Puls, experto del Instituto de la Economía Alemana (IW).
El aumento de los precios en el sector de la construcción no es un fenómeno nuevo, señaló Puls, quien destacó que “desde 2015 los costos han subido alrededor de un 75%”. Por esta razón, explicó, “aunque el Gobierno alemán destine más fondos a las inversiones en infraestructura, eso no implica automáticamente una mayor capacidad para construir”.
El proyecto de presupuestos para 2025 presentado por el Gobierno incluye partidas de hasta 81.000 millones de euros para invertir, según declaró el ministro de Finanzas, Christian Lindner.
De acuerdo con Lindner, esos fondos están destinados a mejorar la infraestructura del país, abarcando áreas como las carreteras, redes digitales, tecnologías para combatir el cambio climático, y la renovación del sistema ferroviario. En este último, la principal empresa de trenes, Deutsche Bahn (DB), se ha convertido en un “símbolo de retrasos y fallos”.
Según cifras de la propia Deutsche Bahn (DB) a finales del año pasado, cerca de un tercio de sus pasajeros llegaron tarde a su destino en 2023, una cantidad parecida a la de 2022.
Actualmente, la compañía ferroviaria está llevando a cabo importantes obras de renovación, que incluyen la modernización de 2.000 kilómetros de vías, 150 puentes y alrededor de 1.000 estaciones de tren, como parte de un programa valorado en 16.400 millones de euros.
(Con información de EFE)