El entrenador de los niños futbolistas de la cueva tailandesa quedó otra vez atrapado por las inundaciones de un tifón

Ekkapol Chantawong declaró que se basó en su experiencia de 2018 con el equipo “Jabalíes Salvajes” para superar su última adversidad en su casa del distrito de Mae Sai, en el norte de Tailandia

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El entrenador de los niños de la cueva tailandesa quedó otra vez atrapado por las inundaciones del tifón

El entrenador del joven equipo de fútbol tailandés que captó la atención del mundo cuando pasaron casi tres semanas atrapados en una cueva se ha encontrado en otro aprieto acuático: atrapado en su tejado por las inundaciones repentinas.

Ekkapol Chantawong declaró a la AFP el miércoles que se basó en su experiencia de 2018 con el equipo “Jabalíes Salvajes” para superar su última prueba en su casa del distrito de Mae Sai, en el norte de Tailandia.

Días de lluvias torrenciales provocadas por el tifón Yagi han desencadenado mortales inundaciones repentinas y deslizamientos de tierra en el norte de Tailandia, Vietnam, Laos y Myanmar.

Vista aérea de una zona inundada en la provincia de Phrae (REUTERS)
Vista aérea de una zona inundada en la provincia de Phrae (REUTERS)

Las aguas subieron repentinamente en el pueblo de Ekkapol a primera hora de la mañana del martes, sin dejarles tiempo a él y a su familia para escapar, según declaró a la AFP por teléfono.

Las aguas siguieron subiendo y acabaron obligándole a subirse al tejado de su casa, donde pasó la noche del martes junto con su novia y la tía de ésta.

“Tenía miedo, pero me dije a mí mismo que tenía que estar tranquilo. Esperar y evaluar la situación”, dijo.

Las aguas han bajado, lo que ha permitido a Ekkapol llegar a la planta baja de la casa, pero no pueden salir porque la corriente exterior sigue siendo demasiado fuerte, dijo.

Casas inundadas en Ban Saeo, norte de Thailandia (Nack Jettanan/via REUTERS)
Casas inundadas en Ban Saeo, norte de Thailandia (Nack Jettanan/via REUTERS)

Ekkapol y su equipo de “Jabalíes Salvajes” pasaron casi tres semanas atrapados por las inundaciones repentinas en el complejo de cuevas de Tham Luang, de donde salieron aclamados en todo el mundo tras una audaz operación de rescate internacional.

Dijo que la experiencia de la cueva le había enseñado lecciones que podía aplicar a su última situación.

“No creo que sea diferente. Primero tenemos que centrarnos y empezar a resolver el problema al que nos enfrentamos”, afirmó.

“No me siento más presionado con este varamiento. Veo más una salida”.

Al preguntarle si podía imaginar una tercera experiencia de este tipo, Ekkapol se rió: “Es difícil de decir. No podemos decir lo que será, pero espero no tener que subir al tejado otra vez esta noche”.

Quién es Ekkapol Chantawong

Ekapol Chantawong durante un evento con la prensa tras el rescate de los niños (REUTERS/Soe Zeya Tun)
Ekapol Chantawong durante un evento con la prensa tras el rescate de los niños (REUTERS/Soe Zeya Tun)

Chantawong, también llamado Ake, nació en Birmania, se quedó huérfano de padre y madre siendo muy joven y se trasladó a vivir con su abuela.

Tenía apenas 26 años cuando quedó atrapado junto a los 12 niños de su equipo en la cueva de Tham Luang. En ese momento era apátrida: de etnia Tai Lue, era uno de las medio millón de personas que en Tailandia no cuentan con un estado, cuya mayoría proviene de la zona de Mae Sai, cerca a la frontera con Myanmar, Laos y China. En la misma situación estaban tres de los jóvenes que estaban en la cueva.

Antes de ser entrenador pasó varios años en el monacato budista, experiencia que se cree fue clave para transmitir serenidad a los “Jabalíes salvajes”. Chanthawong había sido ordenado monje novicio y llegó a completar el nivel más alto de estudios Pali, el lenguaje sagrado de muchos textos religiosos del hinduismo y de la doctrina budista llamada Theravada.

Chanthawong había sido ordenado monje novicio y llegó a completar el nivel más alto de estudios Pali
Chanthawong había sido ordenado monje novicio y llegó a completar el nivel más alto de estudios Pali

El único adulto del grupo logró mantener la calma de los menores, principalmente durante los nueve largos días en los que no tuvieron contacto con el exterior y no tenían la certeza de que estaban siendo buscados. El hambre y la oscuridad ennegrecían los ánimos y la situación podría haberse descontrolado. Pero cuando llegaron los buzos, encontraron un grupo tranquilo y unido.

Los Navy Seals tailandeses que participaron en la operación de rescate apuntaron a la meditación como una posible explicación para su supervivencia.

Ekkapol Chantawong en la cueva con los niños
Ekkapol Chantawong en la cueva con los niños

Traté de apoyar a los niños, pensar en soluciones y buscar agua limpia. Bebíamos de lo que caía entre las piedras, pero no teníamos comida”, contó en una entrevista tras el rescate.

Chantawong también pidió perdón a los padres por haber arriesgado la vida de los niños. “Gracias por todo el apoyo moral, pido perdón a todos los padres”, escribió cuando todavía estaban atrapados en la cueva.

Sus palabras conmovieron a Tailandia y al mundo.

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