Indonesia ha decidido implantar una moratoria en la construcción de nuevos hoteles, villas y clubes nocturnos en algunas áreas de la isla turística de Bali. La medida, según Hermin Esti, alto funcionario del Ministerio Coordinador de Asuntos Marítimos y de Inversión, surge en respuesta a la sobreexplotación del suelo y el desarrollo excesivo con fines comerciales. La decisión fue tomada el 9 de septiembre y se encuentra aún bajo discusión respecto a su calendario exacto, según informa Reuters.
Las autoridades municipales de Bali, encabezadas por el gobernador interino Sang Made Mahendra Jaya, han sugerido al gobierno central la implementación de esta moratoria en las cuatro zonas más concurridas de la isla. El objetivo es controlar el desarrollo excesivo que ha derivado en una presión desmedida sobre la infraestructura, el medio ambiente y la cultura local. La moratoria, según declaraciones del ministro de Asuntos Exteriores Luhut Pandjaitan publicadas en Detik, podría prolongarse hasta una década.
El número de extranjeros viviendo en Bali, alrededor de 200,000, ha generado múltiples problemas, incluidos el incremento de la criminalidad y la competencia por empleos locales. La llegada de turistas a Bali ha incrementado significativamente desde la reapertura del turismo tras la pandemia de COVID-19. Reuters reporta que, en el primer semestre de este año, 2.9 millones de visitantes extranjeros llegaron a Bali a través de su aeropuerto, representando el 65% del total de llegadas de extranjeros a Indonesia por vía aérea.
Luhut Pandjaitan también señaló que la masiva afluencia de turistas ha causado situaciones problemáticas, como la congestión del tráfico y el aumento de eventos desagradables protagonizados por turistas irrespetuosos. Videos de extranjeros comportándose mal, realizando acrobacias en lugares públicos y posando desnudos en sitios sagrados son ejemplos de comportamientos que han enfadado a los residentes locales y generado respuestas adversas en las redes sociales en Indonesia, según The Guardian.
El gobierno indonesio está llevando a cabo una auditoría como parte de un esfuerzo más amplio para reformar el turismo en la isla, buscando equilibrar el desarrollo económico con la preservación del medio ambiente y la cultura local. En febrero de este año, las autoridades introdujeron un impuesto turístico de 150,000 rupias (equivalente a 9 dólares) para los turistas extranjeros con el fin de proteger la cultura de Bali. La isla también planea construir una conexión ferroviaria que enlace el aeropuerto con destinos turísticos populares, buscando aliviar la congestión vehicular, de acuerdo con The Guardian.
El número de hoteles en Bali ha incrementado de 507 en 2019 a 541 en el año anterior, lo cual refleja el crecimiento constante del sector turístico. Esta expansión ha llevado a un debate sobre la necesidad de moderar el desarrollo inmobiliario para reducir el impacto ambiental y social negativo.
En la misma línea, el ministro de Turismo, Sandiaga Uno, advirtió recientemente que el sur de Bali está al borde del exceso de turismo. Un incremento del 10% en la afluencia de turistas podría llevar la situación a un punto crítico, asemejándose a lo ocurrido en ciudades como Barcelona, donde los locales comenzaron a rebelarse contra la masificación turística, según recoge Antara, la agencia de noticias nacional.
Bali no es el único destino turístico lidiando con problemas de exceso de turismo. Otros lugares populares están tomando medidas similares para controlar la presión sobre sus infraestructuras y preservar su patrimonio cultural y ambiental. Por ejemplo, Roma está considerando introducir un sistema de reservas pagadas para limitar el acceso a la Fontana di Trevi, de acuerdo con Reuters. Nueva Zelandia ha triplicado su impuesto al turismo para gestionar el impacto ambiental y social del gran número de visitantes que recibe.
La moratoria de Bali es solo una de las varias estrategias que las autoridades indonesias están explorando para reformar su enfoque turístico. Entre estos esfuerzos también se encuentra la promoción de un turismo más sostenible y de mayor calidad, contrario a la masificación y sus consecuencias negativas. Según informó The Guardian, la iniciativa refleja un intento de lograr un equilibrio entre las necesidades económicas de la industria turística y las demandas de la protección ambiental y cultural.
El impacto del turismo excesivo en Bali resalta la necesidad de políticas gubernamentales claras y decisivas para gestionar el crecimiento turístico de manera sostenible. La medida de la moratoria y otras acciones contempladas demuestran el compromiso del gobierno indonesio con la preservación de sus recursos naturales y culturales, así como con el bienestar de sus habitantes.