Las autoridades de la ciudad ucraniana de Pavlograd lamentaron este viernes que un nuevo ataque ruso dejara al menos un muerto y 64 heridos. Los misiles alcanzaron “varias empresas”, casas, más de 30 edificios residenciales, almacenes y un jardín de infantes, y desataron incendios en el centro este del país, precisaron.
“Es un día difícil para la región”, declaró el gobernador regional, Sergui Lysak, mientras que desde el Ejército informaron que la ofensiva se llevó a cabo con misiles balísticos de tipo Iskander.
La víspera, el centro de Ucrania también había sido escenario de un bombardeo, que dejó 55 muertos y 328 heridos. Dicha ofensiva tuvo lugar en la ciudad de Poltava, también con misiles balísticos, y estuvo enfocada en un centro de entrenamiento militar, una institución educativa, un hospital y varios edificios residenciales, lo que explica el alto número de víctimas.
Inclusive, fue considerada una de las maniobras más letales de las Fuerzas Armadas rusas desde el inicio de la guerra, en febrero de 2022, la cual el presidente Volodimir Zelensky prometió ajusticiar. “La escoria rusa rendirá, sin dudas, cuenta por este ataque”, dijo.
Las autoridades ucranianas aseguraron que los ataques rusos en su territorio se intensificaron en las últimas semanas, especialmente después de que las tropas de Kiev lanzaran la incursión sorpresa en Kursk y lograran avanzar a paso firme y conseguir importantes victorias en el terreno enemigo. En ese sentido, el mandatario ucraniano aprovechó su presencia en el Foro de Cernobbio, al norte de Italia, para pedir a la comunidad internacional que realice un mayor esfuerzo por enviar armamento para su Ejército.
“La situación es muy seria, verdaderamente grave... 4.000 bombas al mes impactan en territorio ucraniano, procedentes de Rusia”, comenzó diciendo y alertó que, tal como demuestran los balances recientes, el enemigo “está intentando lanzar más misiles para matar a más niños”.
Es por ello que pidió a los aliados que agilicen los envíos de armamento pero, fundamentalmente, que le permitan utilizarlo en territorio ruso, con el fin de prevenir más de estas ofensivas. “Solo buscamos defendernos lo mejor que podemos (...) Queremos usar armas de largo alcance contra bases militares (enemigas); no intentamos atacar a civiles y nunca hemos atacado infraestructuras civiles”, resaltó.
Sus palabras parecieron especialmente dirigidas a Estados Unidos, uno de sus principales aliados en este conflicto bélico, a quien lleva meses pidiéndole el cese de estas restricciones, al cual la Casa Blanca no ha accedido. Sin ir más lejos, este viernes, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, descartó la posibilidad de conceder dicha autorización a Ucrania.
“Ya tuvimos este debate sobre los tanques y sobre otras capacidades. En cada ocasión señalamos que no se trata de una sola cosa sino de la combinación de las capacidades y de cómo se integran”, explicó.
No obstante, señaló que Washington se mantiene firme en su compromiso de “ayudar a Ucrania a repeler la agresión rusa hoy, y a disuadir la agresión rusa mañana”, que quedó demostrado en un nuevo paquete de asistencia por USD 250 millones. “Hay que apresurarse, en especial con el invierno en camino”, dijo al anunciar el desembolso.
(Con información de AFP y EFE)